En las pistas circenses de la política mexicana existen actos de franco mal gusto. Uno de ellos el de Ricardo Sheffield, titular de PROFECO, a quien parece no habérsele pegado gracia alguna pese a los años que personificó en televisión al payaso Cascarita. 

Durante la semanal ¿Quién es quién de los precios?, cuando fue cuestionado por rozar la gasolina los $26 pesos por litro en la CDMX, Sheffield Padilla decidió irse por la tangente con una analogía de productos premium con las tortillas –Un restaurante de lujo, que lo vende por kilo en $122; que de maíces endémicos de algunas zonas de Oaxaca… se lo han de traer hasta caminando–, refiriéndose al proyecto culinario Molino El Pujol, en la Condesa, del célebre chef Enrique Olvera, de no confundir con el restaurante Pujol, también suyo, pero en Polanco. 

Siendo seis veces más caro que el kilogramo promedio nacional, que anda por los $21, es un despropósito usar el precio para cualquier referencia macroeconómica, ¿pero cree que eso les quita el sueño a los productores de Sta. Ana Zegache, Oaxaca que reciben 4 veces el pago convencional? 

La visión agrarista que impera en este país es convertir a los productores tradicionales en objetos de museo, cada vez más alejados de mercado y tendencias, para condenarlos a caminar en espiral hasta la muerte por agotamiento. 

Los fracasos se encuentran tanto en pasado reciente, como el fantasioso programa estatal de Impulso Comercial a Maíces Nativos que el año pasado gastó 100 millones de pesos para dejar todo absolutamente igual, eso sí colgándose las medallas de proyectos ya existentes; pero también en un futuro cercano. 

El proyecto de norma mexicana 187-SSA1/SE-2021 busca redefinir la tortilla (masa, tostadas y similares) en los siguientes 45 días tras su publicación a consulta pública el 15 de febrero pasado.  

En esta propuesta se busca diferenciar desde el etiquetado a las tortillas de maíz nixtamalizado de aquellas de harina de maíz nixtamalizado, así como la declaración de uso de cualquier químico, eso sí, prohibiendo replicar el color típico de un maíz nativo. ¿Sabrán que existen maíces azules híbridos, por ejemplo? 

¿Que qué es un maíz nativo? Ni ellos lo tienen claro, por eso crearon una entelequia burocrática llamada Unidad de Acreditación de Maíces Nativos que apesta desde ya a corrupción con sus agentes acreditadores. ¿No me cree? Intente llenar un pasaporte para el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos, uno de los 102 puntos de los 6 apéndices que hay que cumplir para solicitarlo. 

Los pequeños productores no generan parte importante del alimento básico del que dependemos, por eso son productores de subsistencia. Las tortillas cada vez son menos la base de nuestra alimentación, de 1980 a la fecha disminuimos a un tercio del consumo per cápita (de 145 a 55 kilos anuales). Y, lastimosamente, 23 de cada 100 mexicanos es incapaz de comprar una canasta básica con la pobreza general duplicando con 41 en cada 100. Comprar para subsistir con lo que les alcance, lo demás son castillos de aire. Píldoras así son difíciles de tragar, pero son la realidad.  

Ahora, si quiere unirse al trenecito chaquetero el mismo Sheffield afirmó que cuatro adultos pueden comer bien (con bistec y chuleta) por $794 a la semana. Usted dirá si se suma a la locura colectiva. 

Rastros de precariedad 

Antier por la madrugada circuló la noticia de clausura del rastro municipal, hecho rápidamente desmentido por Miguel Ángel Estrada, administrador de dicho lugar, aclarando que fue un rastro clandestino, contiguo al oficial, y en seguimiento a una denuncia hecha por ellos mismos por verter sangre y vísceras al drenaje. 

Algunos testimonios noticiosos colocan a hasta otros 50 establecimientos clandestinos en la zona que fueron advertidos del operativo, evitando sanciones y clausuras. No entender que el problema es económico y de competitividad les dará larga y penosa vida a los 2.2 mil rastros clandestinos estimados en la entidad.