Tremendo baño de sangre con el que amanecieron mis compadres de Atlixco ayer, con nueve personas a las que les estiraron la pata, a unos cuantos metros de la Escuela Secundaria Técnica 3. Otra víctima más sobrevivió unas horas y ya en el hospital falleció.
Otra vez nos despertamos con la tristemente célebre reputación de que nuestra Puebla es tema nacional por una nota roja.
Apenitas nos veníamos recuperando del multihomicidio de cuatro jóvenes en Ciudad Serdán, y los ultimados en Jardines de la Montaña, cuando de nuevo volvimos a las andadas.
Ahora el terror alcanzó a los valedores de la colonia Francisco I. Madero, quienes nomás en sus cantones se hicieron bolita al escuchar los santos balazos.
Dice mi chismoso atlixquense de confianza que chorros de familias ni el ojo pegaron por el temor a que la violencia siguiera. De plano mejor ni mandaron a los morritos a sus escuelas.
El saldo de 10 ejecutados pone el dedo en la llaga de que la presencia criminal ya está metida hasta el cogote en nuestros municipios.
Y es que aunque se compruebe que las víctimas andaban en malos pasos o que no eran poblanos, la Netflix es que esos hombres y mujeres ya fueron inscritos en la lista negra de ejecutados.
Entre que son peras o manzanas, alguien le debería de echar un grito a la presi Ariadna Ayala pa' saber si el susto ya se le pasó porque pa' poner tuisters de adopción de perritos en el día de la barbarie hasta su héroe de barrio.
Ahí están las familias, que sin deberla ni temerla, su vida no será igual.
Y no es por andarle jugando al abogado del diablo, pero esas noticias que nomás veíamos en estados del norte, ahora nos pegan a la vuelta de la esquina.
Que Dios nos agarre a todos bien confesados.