Ayer se aprobó la terna de la cual saldrá la próxima comisionada del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (ITAIPUE)
A decir de la presidenta de la Comisión de Transparencia, Karla Martínez Gallegos, las tres mujeres de la lista fueron las mejor evaluadas.
Hasta este día Norma Estela Pimentel Méndez, Rita Elena Balderas Huesca y María del Carmen Leyva Báthory tienen –en teoría- las mismas posibilidades de llenar la vacante que dejó Claudette Hanan Zehenny.
Confiemos en que para el próximo jueves todos los diputados hayan hecho la tarea, leído los perfiles y revisado las entrevistas a fin de elegir un perfil que realmente luche por la transparencia.
Ya en Puebla hemos tenido orgullosas representantes como en su momento lo fue Blanca Lilia Ibarra Cadena, hoy presidenta del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública (INAI).
Aunque también hemos caído en errores para el olvido cuando comisionados o comisionadas se veían más interesados en reservar toda la información que en transparentarla.
Clasificar como Top Secret convenios, contratos, fideicomisos y demás documentos oficiales, ya lo vimos con Rafael Moreno Valle, representa un verdadero riesgo para los poblanos y para la hacienda pública, de ahí la importancia de que nuestros diputados elijan a la persona que nos garantice que defenderá el derecho a la información pública.
Además, ante las pronunciadas ausencias en el ITAIPUE es urgente que la mujer que llegue se ponga las pilas y llegue con todo para poder destrabar los muchos expedientes que están en espera de ser atendidos y que por la pandemia o por la falta de comisionados, se han rezagado.
Recordemos que además de la transparencia, el Instituto también debe ser garante de la protección de datos personales y en ese renglón aunque poco se ha dicho, la verdad es que seguimos en pañales.
Pocos, por no decir, casi nadie, se toma la molestia de cuidar que sus datos personales no anden brincando de base de datos en base de datos o que cuando nos llaman para ofrecernos desde paquetes de vacaciones hasta créditos educativos indaguemos cómo consiguieron nuestro nombre, teléfono y más detalles.
Otra de las tareas paralelas que deberá cuidar la futura comisionada es la no reproducción de fotografías de menores sin el consentimiento de los padres. Tarea nada fácil, pero necesaria.
Como se observa los pendientes son muchos y de ahí el valor de que nuestros diputados esta vez sí hagan la tarea, elijan con conciencia y no solo por encargo.
¿Serán capaces de romper con la pésima tradición de seguir órdenes sin reflexionar?
Veremos y diremos.