Todo parece indicar que finalmente caerá pronto el líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, “Alito”, para sus cuates, luego de su rotundo fracaso en las pasadas elecciones en seis gubernaturas.  

Quienes pusieron los puntos sobre las íes, fueron los ex presidentes del ex partidazo.

Simplemente le mandaron una carta mostrando su preocupación por el “momento especialmente delicado” que pasa el partido.  

Los firmantes fueron nada menos que Claudia Ruiz Massieu Salinas, Carolina Monroy del Mazo, Manlio Fabio Beltrones Rivera, César Camacho Quiroz, Pedro Joaquín Coldwell, Beatriz Paredes, Humberto Roque Villanueva, Dulce María Sauri y Roberto Madrazo; además por el coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Senado de la República, Miguel Ángel Osorio Chong.   

Claro, todos vaticinan un derrumbe total para el 2024.

Por eso Alito, aceptó verlos el próximo martes 14 de junio a las 10 horas en el CEN del PRI.  

Muchos dicen que de este modo, ya puso fecha fatal a su caída.  

Ese derrumbe que se avecina en el PRI en las urnas en dos años, es notorio que pasará en Puebla, aunque aquí su líder estatal, Néstor Camarillo, esté vendiendo al partido o como se dice ahora, manejando las alianzas.  

Si llega a caer Alito, simplemente Néstor se quedaría sin cobijo, ya que incluso se habla de una ruptura al interior priísta poblano.  

Hay que recordar que Néstor, llegó a la posición de presidente estatal del PRI, impuesto por Alito, quien no le importó engañar a los diversos grupos para hacer lo que su dedito decía.  

Hubo a algunos que incluso les prometió tendrían el cargo, pero jamás les hizo la llamada final.  

Esta imposición produjo un resquebrajamiento más en las huestes del tricolor que incluso hubo renuncias a gran escala, debilitando más al ya debilitado PRI en Puebla.  

Por eso Néstor, a sabiendas de la raquítica fuerza del tricolor en el estado, está tratando de hacer alianzas a toda costa, sobre todo con el Partido Acción Nacional (PAN), pero sin dejar de coquetear con Morena y el gobernador Miguel Barbosa Huerta.  

Incluso trata de quedarse como candidato de una alianza a la presidencia municipal de Puebla, ¡aunque usted no lo crea!  

Lo cierto es que Alito deje o no su cargo, está más débil que nunca y el efecto mariposa se sentirá en el PRI de Puebla.

Tiempo al tiempo.