Un cuerpo retorciéndose entre llamas, alzando las piernas, dando vueltas, sin un solo grito, es la imagen que al menos un par de centenares de personas de la comunidad de Papatlazolco, no solo vieron, sino que hasta grabaron.  

Esos últimos segundos de literal infierno que pasó el joven Daniel Picazo, de 31 años de edad, fueron grabados con toda calma en teléfonos de celulares de pobladores.  

Las llamas en el joven es lo único que alumbra la calle del poblado, mientras todos lo ven atentos como si vieran una película o hipnotizados por las llamas que consumían a Daniel.  

La grabación llegó a nuestras manos y por lo fuerte de las imágenes, preferimos no publicarlas.  

Es terrible en video, no me lo imagino en vivo.  

Daniel estaba despierto y consciente cuando fue quemado, a diferencia de otro terrible linchamiento en Ajalpan hace unos años, donde las víctimas fueron quemadas, ya que estaban desmayadas por la golpiza.   

Pero aun así, algunos pobladores de Papatlazolco, pueden dormir.  

Incluso, siguen justificando su atroz conducta, al señalar que qué hacía en su pueblo tan tarde y en una zona que nadie iba.  

Esa forma de pensar inhumana se puede percibir, sin ser experto, en la entrevista que dieron los padres de uno de los detenidos, Abraham Orozco Franco y Margarita López Jardines a Timoteo Castelán, conocido periodista de la zona de la sierra norte de Puebla.  

La imperdible y reveladora  charla la publicamos ya en la edición anterior de Intolerancia Diario.  

En la plática que sostienen, sin ningún remordimiento, al menos perceptible, señalan que su hijo es inocente y que fue sólo de “mirón”.  

Todo se entiende, menos cuando empiezan a cuestionar qué hacia el abogado ahí.  

Incluso insisten con tal seguridad como si lo hubieran visto, que en su camioneta había condones y ropa de niña.  

Claro, luego Margarita, reconoce que sólo son rumores.  

Pero es increíble la insistencia de justificar lo injustificable.  

También es increíble la vehemencia con la que insisten en preguntar qué hacía Daniel en su poblado un viernes a las 9:30 de la noche.  

Y más increíble, que al mostrarles el video donde está muriendo el joven quemado vivo, lo vean tranquilamente e insistan qué hacía ahí, sobre todo si en poblados vecinos ya se habían robado niños, con tal convicción como si hubieran visto dichos robos.  

La ignorancia, la pobreza, la descomposición social y la inseguridad han sido un caldo de cultivo grave, que desgraciadamente todo parece indicar que continuará mientras haya un cerillo, gasolina, celulares y miseria humana.  

Tiempo al tiempo.