Para nadie es un secreto que hoy por hoy el secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, es el hombre fuerte de AMLO, de ahí que sus “promesas” sean tan relevantes.
A decir de López (Hernández) de aquí al 2023 se impulsará el Aeropuerto Internacional Hermanos Serdán (PBC) para convertirlo en el principal centro de transporte de carga.
“Ya me dijo que tiene el proyecto de modernización, así que yo espero que el año próximo, a más tardar, estemos viniendo a acompañar a Miguel (Barbosa) y acompañarlos a ustedes a la puesta en marcha de este centro logístico, centro de distribución de la carga aérea”, soltó con frescura el secretario federal.
Bien dicen que prometer no empobrece y menos en unas muy adelantadas precampañas.
Es claro que para el tabasqueño contar con el respaldo del gobernador Miguel Barbosa en 2023, año en que se comenzará con la definición de candidatos, es de vital importancia.
Ahora habrá que ver si además de compartir y responder su whatsapp como se comprometió ante los reporteros, Adán Augusto rompe con la maldición de “los López” (Obrador y Gatell) y realmente honra su palabra apoyado a la entidad con el fortalecimiento del aeropuerto de Huejotzingo.
De entrada debería encontrar la manera en que el gobierno de su jefe, Andrés Manuel, incluya en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 recursos suficientes para apalancar el proyecto.
No es tarea fácil, pero ciertamente será un buen termómetro de lo que puede y no puede hacer el titular de Segob federal o mejor dicho, de las promesas de campaña que cumplirá.
Por lo pronto, el proyecto de Miguel Barbosa para atraer el transporte de carga camina y eso reforzará las acciones para que la economía de Puebla pueda transitar con menores sobresaltos en los próximos meses donde la inflación nacional continuará golpeando.
Otra vez el transporte público
Apenas el domingo pasado, el chofer de la unidad 13 de la ruta 45-A ocasionó un accidente vial en el cruce de dos arterias viales: Las Torres y la 11 Sur.
El saldo de ese accidente, donde el conductor viajaba a exceso de velocidad y en estado de ebriedad, tiene a un menor de 2 años peleando por su vida. Otras 8 personas también continúan sanando las lesiones que les ocasionó la negligencia de este cafre.
Ayer lunes, horas después de que el alcalde, Eduardo Rivera, informó que en lo que va del año tienen registrados 25 accidentes viales en donde los choferes manejaban bajo los influjos del alcohol, se produjo otro choque por la imprudencia de un conductor del transporte público.
De acuerdo con la versión de los pasajeros, el chofer de la unidad 05 de la ruta 23 se pasó dos semáforos y pese a los reclamos continuó manejando a exceso de velocidad hasta que se estampó con otra unidad del transporte público, la 9 de la ruta 50.
Este choque dejó como saldo varios lesionados, se habló de más de 12, que después de cinco horas continuaban sin atención médica porque una persona que se presentó como “abogado” condicionó la atención médica a que se deslindara al chofer de la denuncia ante las autoridades.
Las fotos del choque aún tenían luz de día. El grito de auxilio de los pasajeros lesionados, ante el abuso de los transportistas, fue poco después de las 21 horas.
¿Y a todo esto dónde está la secretaria de Movilidad y Transporte?
Alguien avísele a Elsa Bracamonte, que “esos pobres que merecen ser tratados como personas” están siendo víctimas del transporte público.
Urge que se ponga orden a los concesionarios antes de que tengamos que “lamentar y condenar” la muerte de pasajeros.