A quienes ya se les cuecen las habas, pa’ ver si se les hace el milagrito de salir premiados rumbo al 2024, es a varios de los pitufos camoteros.

Así como que sin querer la cosa ya iniciaron con la operación corcholata pa’ la gubernatura de Puebla.

Resulta que a los panistas ya les urge andar tirando rostro con tal que su militancia los tope como los meros buenos pa’ dar la batalla por la candidatura de la famosa alianza “Va por Puebla”.

En menos de 24 horas, ya se pararon el cuello tanto Javier Lozano, como el mismísimo Francisco Fraile, quienes salieron a cacarear sus sueños guajiros por despachar allá en El Alto.

Y es que mientras el Javi ya siente que nomás por sus fueros podría arrasar con la contienda interna, y ser medido como cuando le hacía la valona al Felipillo Calderón, la realidad es otra.

Entre la militancia pasó sin pena ni gloria su destape, es más, no faltó quien se echó sendas carcajadas en público al recordar sus desplantes cuando barajeaba el poder al amparo de Casa Puebla.

Y si a esas vamos, mis carnales, ni qué decir de El Pastor, quien le sumaría una raya más al tigre, pa’ caer en gracia de la barriada azul que apenas lo recuerda, por aquello de sus tiempos de gloria.

La Netflix, claro que Paquito Fraile es un tótem de la vieja guardia, y en su momento le metió sabor a la polaca cemitera, que nomás jalaba pa’ donde mascaba la iguana.

Pero como bien dicen los que saben, “más ayuda el que no estorba”. Qué varil panista se atrevería a jugar sus canicas a la gubernatura por alguien que ni pasiones levanta.

Más prudente resultó Ana Tere Aranda, que nomás calmó las aguas con decir que ni la apunten ni la borren. Como quien dice, que la tengan en el radar de las especulaciones.

Y es que si así empieza la carrera panista pa’ la candidatura a la grande.

Vaya terror que nos espera, pos la caballada pasó de flaca y anémica, a metida en terapia intensiva.

Perro oso en la SSC

Donde ya urge un apretón de tuercas macizo, es en la SSC de Puebla capital, luego que un azul fuera cachado recibiendo mordida por un microbusero infractor.

Y es que si bien el policía gandalla ya fue cepillado por Asuntos Internos, queda la maldita duda de hasta dónde las malas prácticas estarían ancladas en la dependencia a cargo de María Consuelo Cruz Galindo.

De entrada, el perro oso ya nadie lo quita, y menos la balconeada que se llevó la corporación, cuando tantas tragedias han provocado los cafres del volante.

Conste, lo que se ve, no se juzga.