La noche de ese miércoles 14 marcó un antes y un después en la vida política de Puebla.
Fue la noche que los diputados decidieron cortarse el cordón umbilical del que dependían en cuerpo y alma de las decisiones emanadas en la capital del país.
Esa noche, los legisladores decidieron libres, disfrutando de la sensación de rebeldía de aquellos que se atreven por vez primera en sus vidas.
Esa noche los diputados poblanos decidieron actuar sin ataduras, imponiéndose a las presiones de sus altos mandos partidistas y a los gritos provenientes de Bucareli.
Haciendo un recuento, el gobernador Barbosa se había decantado desde hace meses por Sergio Salomón para que él fuera su sucesor; de igual manera había dado muestras claras de que jugaría con Claudia Sheinbaum como “corcholata” presidencial.
La apuesta por la Jefa de Gobierno fue tan evidente, que organizó reuniones masivas y hasta toleró la pinta de bardas o la colocación de espectaculares.
Un aparente salto al vacío
La cargada barbosista por Sheinbaum pasó de un simple guiño a un affaire político electoral.
Ese camino marcado fue la guía para que los legisladores locales, afines al extinto gobernador, decidieran rebelarse a las órdenes lanzadas desde la Segob federal y avalar a un gobernador sustituto completamente ajeno a las peticiones de Adán Augusto, quien apostaba a toda costa por un gobernador que le allanara el camino a la gubernatura en 2024 a Nacho Mier.
La negativa de los legisladores poblanos para acceder a las presiones de Adán Augusto y votar a Sergio Salomón Céspedes como gobernador sustituto sería también un barco de salvación que podría llevarlos a buen puerto, luego que en la proa traería pintado #EsClaudia.
La rebeldía estuvo avalada por Sheinbaum, con la implícita derrota de Adán Augusto y Nacho Mier.
La “rebelión” poblana toma una dimensión diferente, por una simple y sencilla razón, si la candidata presidencial —como todo indica— es la Jefa de Gobierno, Nacho está frito.
Ni más ni menos.
En conclusión, la noche del miércoles marcó el destino de Puebla no solo para los próximos dos años, sino también para la sucesión de 2024.
Nacho decidió quemar sus últimas naves con Adán Augusto y en esa decisión marcó su destino.
Lo que sucedió esa noche fue una lucha de poderes que culminó con un aparente salto al vacío de los diputados poblanos, pero que en realidad se trató de un salto con paracaídas, uno que dice #EsClaudia.
Golpe de timón en Gobernación
Tal y como anticipé en mi columna de ayer, se confirmó la renuncia de Ana la Secretaría de Gobernación. La mujer que por unas horas fue encargada de despacho del Gobierno de Puebla anunció su salida a través de un tuit.
En unas horas más, este viernes se informará que Julio Huerta será el nuevo titular de esa dependencia.
El berrinche de Marko
La advertencia del presidente nacional del PAN para exigirle cuentas a sus diputados en Puebla por haber votado a favor de Sergio Salomón como gobernador sustituto resulta absurda, ridícula, caprichosa y sin argumentos.
El panista actuó exactamente igual que como lo hacen los legisladores lopezobradoristas a los que tanto critica por no ser capaces de tener criterio propio ni actuar con autonomía.
¿Qué esperaba Marko?, ¿obediencia y sumisión?
Seamos claros, el berrinche del señor Cortés fue que no le preguntaron ni le tomaron consideración para emitir sus votos, cuando él traía acuerdos y compromisos con la cúpula morenista.
Que los compré quien no los conozca.