Roger Scruton explica que hemos heredado colectivamente cosas buenas que debemos esforzarnos por conservar.
Para el filósofo británico esta riqueza pública incluye la oportunidad de vivir nuestra vida como queremos, la seguridad de una ley imparcial, la protección de nuestro entorno como activo común, la diversidad cultural, la libertad religiosa, la capacidad de disfrutar del arte; nada de esto debería ser incautado o destruido por capricho de poderosos intereses.
Mucha de esta herencia está siendo amenazada. Lo vemos con los ataques que la ideología animalista realiza a la fiesta brava. Pero la amenaza real no es solo a las corridas de toros, ni a las tradiciones como la gallística y la charrería.
El animalismo, como una neo religión radical, atenta contra el sector pecuario, la equitación, las exposiciones caninas, el consumo de proteína animal, las religiones monoteístas y toda actividad que ponga al ser humano en el centro.
Por eso es tan importante conservar y engrandecer nuestro patrimonio común: paz, libertad, derecho, civismo, espíritu público, la seguridad de la propiedad y la vida familiar. Nada de esto podemos lograrlo por nuestra cuenta, dependemos de la cooperación de otros.
Tenemos apego a las cosas que amamos y deseamos protegerlas. Debemos reaccionar ante las amenazas porque las cosas buenas son fáciles de destruir, pero muy difíciles de crear.
Hace unos días asistí a la asamblea nacional de Tauromaquia Mexicana (TMX). Mientras escuchaba a Manuel Sescosse explicar los arduos esfuerzos que durante más de diez años han realizado para proteger lo que amamos, me acordaba del término oikos que en griego quiere decir casa.
La palabra se refiere no sólo a la casa sino las personas que viven ahí y los asentamientos vecinos. Oikos no es solo el lugar mío o tuyo, sino nuestro.
Manuel Sescosse y TMX nos invitan a poner el oikos en la tauromaquia. Esto implica hablar en primera persona del plural: propósito compartido. Los taurinos como responsables, unos frente a otros, unidos en asociaciones de responsabilidad mutua que se realizan en la familia y en la vida de la sociedad civil.
Para Roger Scruton la sociedad civil es un orden espontáneo: un orden que surge por una mano invisible a partir de nuestros tratos mutuos. La amistad es la forma más alta que puede adoptar el reconocimiento, cuando otro te valora por lo que eres, procura tu consejo y compañía y vincula su vida a la tuya. Y eso es precisamente lo que Manuel Sescosse ha intentado contribuir al frente de TMX.
La idea de hacer de la tauromaquia un oikos es acentuar la cooperación y el desarrollo de la amistad de los que disfrutamos de una corrida de toros.
Nuestros valores no se nos dan antes de que los descubramos. Los valores surgen de proyectos de cooperación: esas cosas a las que más acabamos apegándonos son a menudo impredecibles antes de que nos atrapen, como el amor erótico, la devoción religiosa, la experiencia de la belleza.
El valor se produce porque los humanos lo creamos, y lo hacemos a través de tradiciones, costumbres e instituciones que consagran y promueven nuestra mutua responsabilidad.
Ahora que TMX llega a una nueva etapa, desde este espacio le doy las gracias a Manuel Sescosse e invito a que todos los que compartimos valores a cooperar por salvaguardar y engrandecer nuestro patrimonio común.
La obra de destrucción que intenta la neo religión animalista con complicidad de políticos oportunistas y de jueces veleidosos es rápida, fácil y euforizante; la obra de creación es lenta, laboriosa y a veces monótona y aburrida.
No se trata de lamentarnos de lo que hemos perdido o quejarnos por lo que se ha hecho mal, sino de cooperar para conservar y enriquecer el oikos, es decir, nuestra herencia común que es aquello que amamos.