En San Martín Texmelucan el aumento de la inseguridad es constante. Más allá de los reportes en redes sociales o de los comentarios en las plazas públicas, el incremento se refleja en cifras del Semáforo Delictivo y los informes de la Fiscalía General del Estado.
Sin embargo, la crisis que atraviesa el gobierno municipal no fue razón suficiente para que Norma Layón incluyera en su agenda las reuniones con las autoridades estatales en materia de seguridad.
La morenista decidió que ella tenía otras prioridades.
Su ausencia el martes 17 de enero en la Reunión con presidentes municipales y mandos policiales de las regiones de Huejotzingo y San Martín Texmelucan fue notoria. A ese evento, Norma decidió mandar a su síndico.
Tres días después, el gobernador, mandos y autoridades involucradas en cuidar a los poblanos, nuevamente se reunieron en la Mesa Metropolitana de Seguridad. A ese evento tampoco llegó la presidenta municipal de San Martín Texmelucan.
Y si a estas alturas usted se pregunta, qué estaba haciendo la alcaldesa esos días, le cuento que, en su cuenta de Twitter, el martes presumió la “obra gris” del Centro Integral de Servicios, que dijo, en breve será inaugurada. El viernes, su actividad pública fue visitar la Estancia de Día del DIF municipal.
Con estos desaires a los temas que realmente preocupan a los texmeluquenses uno se pregunta cómo alcanzó la reelección.
Ojalá que en breve ajuste su agenda y abra un espacio para atender las prioridades de su municipio. Es urgente.
¿Y el alcohol para cuándo?
Las nuevas restricciones para fumadores, dice la autoridad sanitaria, son para disminuir las afectaciones a la salud pública.
Uno puede o no estar de acuerdo en que se cubran las cajetillas en las tiendas o que las terrazas ya no puedan ser el espacio donde los fumadores convivan mientras comen o toman un café, sin embargo, la norma obliga a que se cumplan las medidas.
Insisten, es por la salud de los no fumadores.
La duda surge cuando se observa que en esas mismas tiendas o restaurantes, la venta de alcohol está permitida y hasta se promueve a través de promociones.
El alcohol, al igual que los cigarros, no solo daña a quienes lo consumen, también a quien tuvo la desgracia de ser atropellado por un conductor borracho o a quienes sufren la violencia doméstica, acrecentada por un bebedor compulsivo.
Si vamos a cuidar la salud pública, hagámoslo bien y de una vez pongamos los mismos límites a ambos vicios, de lo contrario sólo estamos estigmatizando a una parte de la sociedad que consume tabaco.