Uno de los poblanos más notables –aunque peninsular de nacimiento– fue el Beato Sebastián de Aparicio, quien al introducir mulas a nuestra geografía hace quinientos años impulsó el movimiento de mercancías y trabajo rural como nunca antes en nuestro territorio

El jueves pasado estas mulas –conocidas también como acémilas– hicieron presencia en el Congreso Local a través de la comparecencia de la titular de desarrollo rural, Ana Laura Altamirano, con la entrega de 250 de estos nobles animales bajo el concepto de (sic) tecnificación del campo

Por supuesto que los números de su glosa deben de ser tomados con generosas pizcas de sal, puesto que la secretaria Altamirano gusta poner cifras y números en conflicto con la realidad

Pudiera ser por pereza, como dar el valor de la producción rural del 2021, aunque los resultados a comparecer eran los del 2022. Pudieran ser pequeñeces administrativas, como asegurar que el gobierno de Puebla registró dos variedades de flores, cuando la solicitud de una de ellas sigue en proceso

Pero lo que realmente es son ganas de engañar, como lo demuestra su “informe” sobre el producto interno bruto del sector primario

Ahí, la titular del campo poblano aseguró que en el PIB del 2021 la agricultura, ganadería y pesca de nuestra entidad aportó 4.7%, cuando la realidad es de 4.66. Dirá que son un par de puntitos y que qué exagerado es uno, pero de la chistera se sacaron 330 millones de pesos.

Eso sí, reconocer el número real sería aceptar que el porcentaje de participación del campo en nuestra economía disminuyó del 2020 al 2021, pero así es la picaresca de nuestros gobernantes.  

Además, si lee con detenimiento verá que nos están dando datos del 2021, “de acuerdo al INEGI en su último informe publicado” comentaba la taimada secretaria oriunda de Atzitzihuacán, lo cual es una reverenda farsa

Admitir el último informe del INEGI, que llega hasta el tercer trimestre del 2022 (año que debería informar) es aceptar un crecimiento negativo. Lo mismo dice del segundo trimestre, números negativos, pero unas mentiritas bien valen para engañar a la señora Rosario, viuda de Barbosa, quien noblemente fue a apoyar el informe de la Secretaria

Uno esperaría a los diputados contrastar las cifras con la realidad, pero la realidad es bien burda

Tome como muestra a la diputada Karla Rodríguez Palacios, a quien le tocó representar al grupo parlamentario del PAN, el grupo político que esperaría más crítico desde la oposición. La diputada en el papel lo parecía, solo vea sus declaraciones a finales de año pasado, cuando “exigía” que se le diera prioridad al campo

¿Qué pasó? Cínicamente un día antes de la comparecencia la diputada entregó en su distrito de Serdán los apoyos que gestionó ante la secretaría de desarrollo rural. ¿Recuerda aquellas mulas que le comentaba? Fueron suficientes 19 borricos para agachar a la diputada. Por cierto, apoyos que ya nadie gestiona, según el discurso oficial. Donde dije digo, digo Diego.