El aeropuerto de Huejotzingo tiene todo el potencial de convertirse en un punto neurálgico, para el transporte de carga de vuelos que procedan, incluso de Europa o Sudamérica.
El Hermanos Serdán podría ser el gran ganador -con las voluntades necesarias- ante el caos y las complicaciones logísticas que hoy padecen las cadenas de carga y envíos internacionales, por las nuevas reglas para el AICM y el AIFA.
Actualmente empresas trasnacionales, que mueven cientos de miles de contenedores y paquetes cada día, deben transportar por tierra las enormes y pesadas cargas desde el Benito Juárez a la terminal de Santa Lucía, es decir, tienen que recorrer 44 kilómetros, perder más de hora y media en cada viaje y gastar en los respectivos peajes, en lugar de poder hacer la logística dentro del AICM y desde ahí embarcar a los diferentes estados del país, la carga que cada día se entrega.
Ante esta inoperante situación, los permisos y acuerdos para atraer los vuelos de carga a Huejotzingo permitirían a los transportistas encontrar un salvavidas, pues existe la capacidad para convertir el Hermanos Serdán en un exitoso puerto seco.
Esta actividad, además de generar una importante derrama económica para Puebla, también podría dar un nuevo aire a un aeropuerto subutilizado.
Sin contar la ruta a Nueva York, que desapareció hace mucho, el panorama actual del Hermanos Serdán no es alentador ni atractivo para los viajeros que salen desde Puebla.
Quitaron el vuelo a Dallas, operado por American Airlines, a través de su filial Americana Eagle, por el precio tan elevado que tenía.
El de Houston sólo despega una vez a la semana y su costo promedio rebasa los 800 dólares por un vuelo redondo, tres veces más caro que lo que se pagaría, si se aborda en la Ciudad de México.
Los viajes a Guadalajara y Monterrey están muy limitados. Con trabajos Viva Aerobús mantiene su presencia con la ruta a Cancún, mientras que el que opera Volaris a Tijuana siempre sale tarde o de plano es cancelado, con las afectaciones que eso deja a los viajeros.
La cancelación de los viajes a las playas de Ixtapa y Acapulco, por parte de Aeromar, antes de las vacaciones de Semana Santa, prácticamente convierte al aeropuerto poblano en una caricatura, pese a que tiene el potencial de ser un aeropuerto alterno de carga y si les dieran las facilidades para instalar las bodegas y las naves de reparto podría, insisto, convertirse en un enorme puerto seco.
Así las cosas, está claro que tienen que trabajar de la mano las secretarías de Economía y Turismo para presentarles a las trasnacionales de carga esta alternativa, misma que de concretarse haría despegar el PIB del estado.
¿Podrán con el paquete?
Veremos y diremos.