Chingo y dos montones de pilas tendrá que meterle la presi municipal de Huejotzingo, Angélica Alvarado Juárez, pa’ tratar de remediar a duras penas el cuchitril en que se ha convertido la zona, cuando de Carnaval se trata.
Así como lo leen, mis culebras, y es que el mentado jolgorio cada año se transforma en un verdadero foco rojo, donde a diestra y siniestra circula pólvora, tragedia, chupirul y todo lo que se acumule.
Y todo, con la complacencia absoluta de la Angie, sus policletos, y funcionarios que nomás sirven pa’ reverendas vergüenzas, eso sí, a costa del dolor y el regadero de sangre.
Cómo no, si a la de a Wilbur, año con año, Huejo es un hervidero de pasiones y desenfreno donde las víctimas se acumulan, sin que el ayuntamiento meta freno y pare en seco a camadas y danzantes.
Pos no vaya a ser que en una de esas, se les vaya apareciendo el mismísimo Patitas de Cabra, y salgan corriendo hechos la máuser al agitar el avispero.
Y es que mi chismoso carnavalero ya rajó canela que a la Angie y sus azules no deja de temblarles la mano cuando de regular el Carnaval se trata, pos tanto así que nomás de lejitos y a regañadientes se hacen como que chambean.
Es más, banda, tanto les hace cuscús que el mismo pueblo les caiga encima, que prefieren pasar sin ver y dejar que cualquier delito se cometa, o malandros operen a sus anchas, con tal de salvar el pellejo.
Pos cómo no, si en pleno Carnaval Huejo es “tierra sin ley” donde no sólo se vende chupe en las calles, sino grupos criminales se aprovechan pa’ mover todo tipo de sustancias a costa del ayuntamiento.
O qué, mis valedores, ¿a poco vamos a creer que la larga lista de tragedias del Carnaval son hechos aislados?, pos nel, todo es consecuencia de ser omisos y dejar que por varios días el municipio se gobierne de a solapa.
Y más ahora que apenitas vamos saliendo a regañadientes del maldito Covidio, y los ánimos andan bien prendidos, tanto así que un menor de edad resultó muerto tras recibir un disparo de mosquetón.
No por nada, mis carnales, ya está en la mesa la posible suspensión del mentado Carnaval, y todo por la culpa de la Angie que no sabe apretar las tuercas cuando debe y aplicar la ley a lo fregón.
Ya que andamos encarrilados, también la banda de a pie sufre las de Caín, pos en estas fechas se clavan en sus chantes, faltan a las escuelas y si pueden a las chambas, todo pa’ protegerse por aquello de las malditas dudas.
Pos nomás pal’ quemón, luego del asesinato de tres universitarios y un chafirete de Uber en 2020, la Netflix, el Carnaval de Huejo vive horas extra.
Ahí se las dejo al costo.