El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, nuevamente dio muestra de la apertura de su gobierno, durante la visita del canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
Incluso organizó una comilona en su honor en Casa Puebla, donde entre chicharrón carnudo, cemitas y chalupas.
Y es tal la apertura a todas las corrientes que hasta acudió el también aspirante a la gubernatura Ignacio Mier Velazco, antes impensable que pusiera pie en la ex residencia oficial del gobernador en turno.
Y ya van dos veces que acude.
El mandatario estatal, al igual que arropó a Marcelo Ebrard, ha hecho lo mismo con su colega la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
De los tres todo parece indicar que saldrá el próximo candidato de Morena a la Presidencia de la República y por ende el ganador de la elección del 2024, al no verse ninguna oposición fuerte.
En tanto, Puebla tiene sus puertas abiertas para todos.
El mitin
Horas antes de la comilona, fue impresionante el evento que hubo en el Centro Expositor, donde ya sin ningún pudor, Marcelo Ebrard, hizo un mitin político, con una enorme pasarela, para que pudiera ser visto por los cientos de porristas.
Es notorio que, con este tipo de mítines, en este caso disfrazado de la toma de protesta de su estructura, Morena ya tiene el control del Instituto Nacional Electoral (INE).
Antes temían los aspirantes ser sancionados por actos anticipados de campaña por la autoridad electoral, pero ahora al parecer ya no.
Ahora ni siquiera la oposición o partidos políticos opositores se han pronunciado en contra de este tipo de actos.
Así de débiles andan.
“Amor con amor se paga” afirmó Ebrard en dicho evento, al asegurar lidera las preferencias para convertirse en el sucesor de Andrés Manuel López Obrador.
Aludió a sus contrincantes y criticó sin mencionar nombres que algunos gobiernos, estatales y municipales o ciertas empresas, estén contratando espacios para difundir el nombre o imagen de otros aspirantes.
Morena celebrará dos encuestas entre septiembre y noviembre próximos, para definir a su candidato a la Presidencia y ya le urge crecer.
Y no podía irse Ebrard sin la promesa de que, una vez logrado su cometido, sabrá recompensar a quienes hoy se han sumado a su proyecto político.
¿Así o más claro?, ¡uff!