Entre el día de hoy y el domingo, con entrada libre y de diez a ocho, se estará celebrando la Expo Café Orgullo Puebla en el Centro de Convenciones. Esta cuarta edición busca apuntalar el producto más relevante para esta administración junto al mezcal.
La exposición contará por supuesto con la posibilidad de probar y comprar aromáticos poblanos, así como eventos del nicho. Un campeonato de baristas, un concurso de calidad, entre otros talleres y actividades, permitirán conocer los procesos detrás de una taza de café.
Ahí, también será presumida la Bio-Ruta del Café. Un producto turístico que ha tardado lo que lleva del sexenio en gestarse. En esta ruta, que son más bien rutas puesto que recorren las sierras Norte, Nororiental y Nevada, se podrá participar desde la recolección, tostado, molienda y cata del café; además de las expresiones culturales y gastronómicas propias de las zonas.
El café en Puebla ha vivido un importante crecimiento en años pasados. Tan solo del ‘21 al ‘22 tuvo un incremento en volumen producido de 15%, lejos del más cercano competidor, Veracruz, que apenas creció un tercio de lo de Puebla. Los tiros no terminan por ser de precisión, eso sí, pues pese al menor crecimiento del café jarocho el valor de su producción superó lo de Puebla.
Sea como sea, el 2023 será un año clave para el café mexicano. Las estimaciones para el año posicionan a Puebla creciendo un saludable 25%, un incremento importante para el mayor tercer productor de café del país. Chiapas y Veracruz, lugares uno y dos respectivamente en producción nacional, no solo no crecerán, pero verán sus producciones disminuir algunas miles de toneladas. La situación cafetalera en los otros dos estados productores de café no corre por buen camino.
En el corazón cafetalero de Veracruz, entre Huatusco e Ixhuatlán del Café, existe una tensa situación social. La empresa Agro Industrias Unidas de México (AMSA), una de las mayores compradoras de café del país, en concordancia con los mercados internacionales redujo el precio del café; bajándolo de 17 hasta 11 pesos en algunos casos.
Esto inconformó violentamente a los productores locales, especialmente a los agremiados a la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, lo que los llevó a tomar las instalaciones cafetaleras –el beneficio como se conoce operativamente– para exigir la intervención del gobierno federal y estatal.
De una u otra manera un edificio comenzó a incendiarse, lo que terminó con intervención de la Guardia Nacional, y la detención de los líderes la semana pasada. La paz social de la zona comenzó a incendiarse con la toma de calles, carreteras, y plantones en diversos puntos de la región. Ante la reclamación de 8 millones de pesos por daños el gobernador veracruzano Cuitláhuac se ha lavado las manos diciendo que es un pleito entre privados, mientras que el gobierno federal es acusado de ser quien promovió la demanda por parte de la empresa cafetalera. De Chiapas y su inseguridad mejor ni hablar. En el mundo de los ciegos el tuerto es el rey.