Ayer Julio Huerta anunció su salida del gobierno del Estado. Por salud pública y ante la velocidad que desde el Palacio Nacional se le dio al proceso electoral, era insostenible que Huerta Gómez se mantuviera en la Secretaría de Gobernación.
El pasado viernes 30 de junio, en este mismo espacio, adelanté que el entonces funcionario, estaba en la antesala de presentar su renuncia. Aquí la cita:
La urgente y necesaria renuncia de Julio Huerta dará una salud política al gobierno de Sergio Salomón, quien se ha pronunciado en más de una ocasión por mantener la equidad y garantizar piso parejo entre todas y todos los que aspiran a ser candidatos, nacionales y locales.
Las crisis de Julio
Ahora que el exsecretario de Gobierno solicitará la confianza de los poblanos para ser gobernador, seguramente surgirán preguntas sobre los dos momentos más álgidos de su gestión.
El cierre por casi 12 horas de la autopista México - Puebla, mientras él presumió su visita a Zacatlán, será uno de los temas a explicar.
Otro asunto que sin duda requerirá nuevamente de su atención es aquella declaración, reiterada, en la que aseguraba que no cambiaría de sexo para hacerse de una candidatura.
Si bien ya ofreció una disculpa por sus dichos, la frase caló y hondo entre un sector de la población que le reclamó y con justa razón.
A estas acciones habrá que sumarle el mega evento que realizó ayer en el Centro de Convenciones con la clara sospecha del uso de la estructura de Segob.
Pese a estas crisis, es cierto que Huerta Gómez está jugando en serio y que se encuentra entre los punteros para ser el próximo candidato a gobernador en Puebla, por ello la lupa política estará sobre él para saber si es un verdadero aspirante con crecimiento orgánico, o si su estructura no era propia, sino del gobernador.
Veremos y diremos.