El factor Xóchitl ha puesto tan nervioso a López Obrador que los primeros errores han saltado a la luz. La “revelación” que hizo el presidente sobre las presuntas ganancias de la empresa privada de Gálvez prende las alarmas.

El uso y abuso del poder del Estado quedó demostrado recientemente en la mañanera, cuando el presidente dijo que le habían “hecho llegarinformación que se supone debería ser de carácter privado, sobre los ingresos de una empresa particular.

En su primer dicho, Andrés Manuel afirmó que la senadora había facturado casi mil 500 millones de pesos, información que además de imprecisa, coloca en un enorme riesgo a la senadora y a su familia, máxime en un país en donde está visto que el gobierno no logra imponer su ley.

Ya en el transcurso de las horas y el desglose de la información, tanto los equipos de Gálvez como el del propio presidente acotaron que sólo una parte de ese monto provenía de contratos con el gobierno federal y que se trataba de prestaciones de servicios requeridos a lo largo de nueve años.

Con Vicente Fox, 2 millones para mantenimiento; con Felipe Calderón obtuvo contratos por 14.8 mdp; en el sexenio de Enrique Peña, 12 mdp; y en el sexenio actual, el gobierno de Andrés Manuel le ha contratado 17 millones de pesos. En todos los casos, dijo la senadora, a través de licitaciones.

Tras la aclaración, Xóchitl reviró al presidente como lo ha hecho con todos los señalamientos y denostaciones que AMLO ha lanzado desde la mañanera. Gálvez le lanzó el reto: si Andrés Manuel lograba demostrarle que ella tenía contratos por mil 400 millones de pesos, renunciaba a su aspiración. Por el contrario, si López Obrador no pudiera probar sus dichos, él sería quien “renunciaría” a la Presidencia de la República, por mentiroso.

Es obvio que el reto no será aceptado, sin embargo, y luego de que la Presidencia aceptó que de los mil 400 millones de pesos, sólo una parte fue en contratos de gobierno y el resto entre particulares, el riesgo en el que Andrés Manuel colocó a Xóchitl Gálvez es enorme.

Muchos ataques, hasta ahora, habían quedado en el aire, no se habían atrevido a tanto, sin embargo, el nerviosismo de López Obrador está a punto de generar una tragedia. Si hay algo que hoy me preocupa -aunque me digan que exagero- es la vida y la seguridad de Xóchitl Gálvez.

Está visto que estos señores están dispuestos a todo con tal de mantener su Cuarta Transformación que no transforma nada y todo destruye.

La información privada

Entre las violaciones que el gobierno de Andrés Manuel está cometiendo se encuentran la divulgación de información que debería estar protegida.

Entre las empresas privadas, la voluntad de las partes es la ley máxima de los contratos, así que, si dos particulares estuvieron de acuerdo en el precio y los servicios y si se pagaron impuestos, ¿dónde está la corrupción o el tráfico de influencias?, ¿dónde está el chingado problema?

La exhibición de lo fructífero de la empresa de Xóchitl Gálvez sólo nos reitera que AMLO tiene un miedo pavoroso de que la senadora acabe con su proyecto, el de un saqueo familiar, en beneficio de los López Obrador.