Después de que Andrés Manuel rompió de manera unilateral el acuerdo y bajó de la contienda por Chiapas a su “amigo”, Zoé Robledo, para tratar de retener al PVEM en la coalición de Morena, quedó demostrado que el pragmatismo del presidente se impondrá en las decisiones determinantes para el 2024.
Visto lo visto, las principales corcholatas de Puebla -Alejandro Armenta, Nacho Mier y Julio Huerta- deberán entender que pese a los pactos, promesas o las alabanzas que hayan tenido con el inquilino de Palacio Nacional, podrían ser llamados, sin mayor miramiento, para decirles que simplemente están fuera de la jugada.
Evidentemente AMLO antepuso el compromiso con el Verde y no se tentó el corazón para sacrificar a Zoé. En esa lógica saltan al menos dos preguntas: ¿Existe una corcholata poblana más cercana a AMLO que Zoé?, ¿Puebla será el estado que cumpla con la cuota para el PRD?
Si Andrés Manuel se empecina en llevarse lo que queda del sol azteca a su coalición, la candidatura a la gubernatura que hoy anhela el presidente estatal del PRD, Carlos Martínez, podría llegarle como un regalo anticipado de Navidad.
Sin embargo, si López Obrador y Morena consideran que hay otros estados donde es necesario colocar a hombres en las candidaturas a gubernatura, apostarán porque nuestra entidad sea una de las cinco en donde una mujer sea la representante.
Recordemos que por ley se deben dar cinco de las nueve candidaturas a gobernador a mujeres y que en esa selección también se debe incluir el criterio de competitividad.
El tema de género continúa siendo la piedrita en el zapato de todas las corcholatas, pues mientras no se defina cuál será el género que se le asignará a Puebla todos y todas tienen un pie dentro y otro fuera.
Ni más ni menos.
Una mujer en el Frente
Ayer, Santiago Creel realizó uno de los actos más inteligentes de su vida política y declinó en sus aspiraciones para ser el candidato presidencial de la oposición.
Su retiro garantiza que el Frente Amplio por México presentará como su candidata a una mujer: la senadora Xóchitl Gálvez o Beatriz Paredes.
En tiempos en donde las mujeres reclaman -y con justa razón- espacios en la política, los partidos de la alianza opositora apuestan por ese voto morado, anaranjado, verde y rosa, que podría inclinar la balanza a su favor si la elección se cierra.
Ahora sólo bastará esperar unos días más para conocer si realmente quieren disputarle la Presidencia de la República a Andrés Manuel y se apuestan con quien lo hace emberrinchar diariamente o si prefieren negociar y cederle seis años más para que termine de destruir a nuestro país.
Sin duda la primera semana de septiembre será de lo más vertiginosa pues mientras en Morena terminan de despedazarse para tratar de ungir a una corcholata; en el Frente habrán de demostrar su respeto a la democracia y a la voz de los ciudadanos que se registraron para votar por la opción de su preferencia.
La suerte está echada.