La renuncia del magistrado Carlos Palafox Galeana, a la presidencia del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del estado, así como la salida de Margarita Gayosso Ponce, presidenta del Tribunal Superior de Justicia, son reflejo de los cambios que se viven al interior del TSJ.

Su salida, dijo Palafox en X (antes Twitter) respondió a la “magnitud de la reforma constitucional del Poder Judicial”.

Y sí, la reforma influyó, aunque quizá menos que la etiqueta barbosista y la estrecha relación que mantiene con la señora Rosario Orozco Caballero.

La decisión de Carlos Palafox responde a los ajustes políticos y de poder que se dan dentro del mismo Poder Judicial.

Durante el periodo barbosista, desde octubre de 2022, Palafox llevó las riendas y enfrentó diversas manifestaciones laborales en el Poder Judicial.

Recientemente informó que el Consejo de la Judicatura abrió más de 160 procedimientos de investigación en contra de 60 jueces, por presuntos actos relacionados con la corrupción.

Sangre nueva

La llegada de María Belinda Aguilar Díaz, como presidenta del Tribunal Superior de Justicia, así como la designación Araceli Cabido Vaillard y María Guadalupe Muñoz Pérez, como integrantes del Consejo de la Judicatura reflejan gran parte de esa renovación tan necesaria al interior del Poder Judicial.

Una renovación que será redonda con la participación de Eduardo Hernández como presidente del Consejo de la Judicatura.

Las caras nuevas tendrán la encomienda de lograr que la tensión que se vivía al interior del Poder Judicial pueda diluirse y al mismo tiempo de mantener el rumbo, tras los ajustes que serán necesarios por el cisma que se generó con la salida de Palafox y Gayosso.

Mediación antes que imposición

Los nombramientos recientes también reflejan la voluntad del Poder Ejecutivo para mantener una relación de mediación con el Tribunal. Un encuentro que esté basado en los equilibrios y consensos, donde los magistrados se sientan y se sepan escuchados.

Se dice fácil, no lo es. Basta revisar que desde los tiempos de Rafael Moreno Valle, donde las imposiciones fueron la constante, no se veía este gesto.

Todos tenemos claro la urgencia de mejorar el Poder Judicial en Puebla, las áreas de oportunidad son muchas, la renovación permite pensar que se están dando los pasos necesarios para que la impartición de justicia en nuestro estado sea una realidad.