En el mes patrio, vale la pena repensar en los personajes históricos que pueden inspirarnos a querer construir un mejor país.

En la noche del grito, los gobernantes pregonan loas a quienes realizaron acciones heroicas en nombre de la patria. Si tuvieras que dar el grito, ¿cuáles serían los nombres a los que les dedicarías tu arenga? 

Entendiendo que en la vida de toda persona hay luces y sombras, para mí, hay tres personajes significativos que no sólo realizaron acciones fuera de lo común, sino que sus valores y coherencia me motivan para intentar contribuir a la construcción de una mejor sociedad. Además, los tres tuvieron importantes vínculos con la fiesta brava: Hernán Cortes, Miguel Hidalgo y Rodolfo Gaona.

Para Robert Redeker "una civilización que se odia a sí misma no puede recocer a sus héroes, tanto los de su pasado como, si los hay, los de su presente".

En México, la historiografía oficial, influenciada por los norteamericanos de la doctrina Monroe y por los gobiernos positivistas, reduce la historia a campos delimitados: los buenos y los malos; los vencidos y los vencedores; los humillados y los verdugos. 

Cortés, Hidalgo y Gaona son individuos más sofisticados que no se pueden reducir a esos estereotipos. 

Hernán Cortés fue un personaje que se enamoró de sus adversarios y se volvió mestizo. El proyecto cortesiano intentaba conciliar la tradición mesoamericana, con un catolicismo incluyente en donde el mestizaje era una firma original de identidad.

El antropólogo francés Christian Duverger explica que Cortés era un visionario con una psicología compleja: "Hernán no es un conquistador ordinario. Molesta porque pertenece a los dos campos a la vez. Ajeno a todo oportunismo, es un mestizo de fe y de convicción".

Hernán Cortés fue un admirable estratega militar, pero también un hombre con una gran cultura clásica. Cortés dominaba el latín, la literatura antigua y las Sagradas Escrituras. Como se aprecia en las cartas y relaciones que le escribió al emperador Carlos V, con él se empezó la tradición de correr toros en México.

También encomendó a su primero Juan Gutiérrez de Altamirano que importara vacas bravas con las que fundó Atenco, la primera ganadería formal de toros bravos en América.

Miguel Hidalgo era un representante de la intelligentsia criolla que se convirtió en un portavoz de la conciencia popular. Hidalgo puso la libertad por fundamento.

Con ello, despertó la esperanza de distintas clases sociales. Luis Villoro dice que "el cura no es sólo un jefe político, es también el profeta inspirado, encargado de una excelsa misión: la defensa de la religión contra lo que pretenden mancillarla".

Dentro de los diversos aspectos de la vida de Miguel Hidalgo está su afición a los toros. Dos días antes del grito de independencia, organizó una corrida de toros en la que, por cierto, toreó Allende. Antes de ello, había criado ganado bravo en las haciendas que tuvo en el estado de Michoacán.

Rodolfo Gaona ensanchó los límites de la geografía taurina. Su éxito estuvo fincado en la fortaleza de su carácter. 

Se sobrepuso a embistes y artimañas de poderosos en México, como Venustiano Carranza que utilizó, como pretexto, una foto en la que, de joven, Gaona aparecía con Victoriano Huerta para acusarlo de traidor, robarle su patrimonio y prohibir las corridas de toros en la capital de México. También superó intrigas y envidas en España y hasta el intento de veto de José Gómez Ortega "Gallito". 

Su voluntad, templanza y fortaleza fueron superiores a las dificultades. Su carácter le permitió cultivar la sensibilidad de artista y superar cualquier obstáculo.

De esta manera, dejó un ejemplo para cualquier mexicano que quiera triunfar en el complejo y cerrado mundo taurino español.

En el mes de septiembre, el recuerdo de Hernán Cortés, Miguel Hidalgo y Rodolfo Gaona, me inspiran para esforzarme por construir un mejor y más taurino país.