Tras una larga noche y con los últimos minutos del 18 de septiembre, se vio humo blanco y Morena emitió las convocatorias de nueve entidades, entre ellas Puebla.
Durante los minutos previos, todo fue confusión, como casi siempre en Morena. Entre las especulaciones se dijo que serían 4 candidaturas para mujeres y 5 para hombres; que Puebla sólo contaría con 4 precandidatos, que si las fechas, etcétera.
Al final, la convocatoria mantiene esa esencia de la 4T que es una mezcla de opacidad con ambigüedad.
A estas alturas aún no se tiene la certeza de cuántas de las nueve candidaturas que estarán en juego se reservarán para mujeres, porque, insisto, se habló de que serían sólo 4, con lo cual Morena estaría incumpliendo con los principios afirmativos que le impone la ley. Menos aún sabemos si en Puebla tocará hombre o mujer.
Más allá del eufemismo de “Coordinador” que utilizan para brincarse la ley electoral, el Movimiento Regeneración Nacional presentó las bases con las cuales presuntamente permitirán que “el pueblo bueno y sabio” elija, sin embargo, es una falacia.
Efectivamente cuatro de los seis nombres que entrarán a las encuestas -la formal y dos espejo- serán designados por el Consejo Estatal. Hasta el momento la única restricción para quienes pasen el primer filtro del registro es que dos sean mujeres.
Sin embargo, las cuatro personas que presente el Consejo Estatal no podrán cantar victoria porque “la Comisión Nacional de Elecciones podrá, en todo momento, determinarla inclusión de perfiles en las encuestas”.
En otras palabras, aunque se pretende dar autonomía a los estados, lo cierto es que con dos vacantes, la federación podrá colocar sin mayor problema a sus corcholatas y así le dan toda la facultad a la CNE para que ajuste a su antojo. Algo que le será sumamente útil en el momento en que sus aliados, como el PVEM y el PT le reclamen espacios.
Lo de siempre en Morena, los espacios abiertos para que al final las decisiones se tomen en Palacio Nacional.
¿Alguna sorpresa?
Veremos y diremos.
Cereso de Serdán, bomba de tiempo
La promesa de que las mujeres y sus hijos menores de tres años contarían con mejores condiciones en el Cereso de Ciudad Serdán está por desmoronarse.
Ratas, bebés sin pañales ni ropa, visitas rechazadas, alimentos con olor fétido, donaciones que se pierden en las aduanas, ausencia de fuentes de empleo y falta de servicios como agua y luz, son parte de los motivos que podrían estar gestando un intento de motín.
Es verdad que el sistema que impuso María del Rayo Mendoza Farfán, cuando fue designada por Miguel Barbosa como directora de San Miguel violentó muchos derechos humanos, sin embargo, las condiciones actuales que imperan en Ciudad Serdán, donde Liliana Sánchez Rueda es directora, son peores e infrahumanas.
Bien harían las autoridades en consultar a gente probada como el ex director de Ceresos, Ignacio Molina González, o el propio Carlos Taboada Villanueva, para generar condiciones dignas para las mujeres que purgan una condena o peor aún esperan una sentencia.