“Siéntanse escuchados”.
“Cambiar Vidas”.
Ambas frases enfocan todo lo que ha sido y será la administración de Lilia Cedillo.
Como una carrera, la más importante de su vida, en la que quiere triunfar, dejar huella y lo está logrando.
Uno de los mayores éxitos de Lilia Cedillo, es haber despolitizado a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Y es que venía de los tiempos más tormentosos en las relaciones entre el gobierno del estado y la máxima casa de estudios en la entidad.
Incluso, aún hay alguna que otra orden de aprehensión pendiente.
Pero esa es otra historia.
Lo bueno fue que llegaron tanto el gobernador Sergio Salomón y Lilia Cedillo a la rectoría y todo cambió.
La primera mujer rectora en toda la historia de la BUAP y todo realmente cambió.
Ahora se vive uno de los mejores momentos en las relaciones, que ya están rindiendo frutos, como la construcción de la nueva Ciudad Universitaria.
La BUAP simplemente se despolitizó.
Y todos ganan.
Ese ambiente se vivió en su informe de labores, en el que se dio detalle sobre todo de los avances académicos.
Y lo más importante, no es que asistiera solo la clase política poblana, como era la costumbre, sino que fue apapachada por los mismos universitarios.
Y se lo reconoció la directora General de Educación Superior Universitaria e Intercultural de la SEP federal, Carmen Enedina Rodríguez Armenta.
Incluso anteriormente se esperaban los mensajes políticos y posibles destapes.
Hasta servía el evento en tiempos electorales como el actual, de Pasarela Política.
Pero ahora ninguna “corcholata” se apareció.
Hasta el gobernador Sergio Salomón, recordó cómo la BUAP era tentación de botín político, como volteando a ver los lugares de los exrectores presentes.
Ahora los mismos universitarios, desde estudiantes, hasta académicos y administrativos arropan a la rectora Lilia Cedillo, sin ningún sesgo.
Es fácil trabajar por la academia, cuando no se aspira a algún puesto político.
Lilia Cedillo, se apartó de los reflectores y es que no aspira ser alcaldesa o gobernadora, sino dejar huella en su Alma Máter.
Así de simple, pero así de complejo a la vez.