El nuevo discurso de despedida de los nuevos profesionistas no puede omitir mencionar lo que pueden llegar a ser: grandes investigadores, asesores, consultores, maestros, empresarios e inventores. En el ámbito político: regidores, presidentes municipales, diputados locales, diputados federales, secretarios de agricultura de sus estados, secretarios federales de agricultura, senadores y presidentes de la república. Les guste o no la política, deben asegurarse de estar cerca de donde se toman las decisiones para que puedan influir.

Dos aspectos considero fundamentales en la formación de un nuevo profesionista: La orientación vocacional hacia el conocimiento de sí mismo, es decir, en qué es bueno para que a eso se dedique; y, el desarrollo de una visión. La Visión es la virtud de identificar lo que va a pasar en el futuro, del que obviamente hay que crear las circunstancias y establecer metas. Por ello, piensen como se quieren ver en 5, 10, 20 o 30 años.

Una tendencia educativa con la que me identifico, recomienda que para ser un buen profesionista hay que aprender a leer y escribir, saber matemáticas lo más posible e identificar donde está la información. Está implícito que es importante saber expresarse bien en forma escrita y hablada y saber escuchar. No se omite la importancia de la inteligencia emocional: la capacidad de sentir, entender y controlar las emociones propias y ajenas.

Para el desarrollo profesional hay dos caminos. Buscar un empleo o crearlo. Actualmente ambos son difíciles de lograr. De hecho, nada es fácil. Ser ingeniero agrónomo de la UACH no es suficiente, pero se puede empezar por atender los problemas y necesidades de tu familia y de tu comunidad, resuelve el primer problema y luego otros. Después, los problemas de la región y más adelante, podrás resolver los problemas del mundo.

Hacer un diagnóstico para recomendar soluciones es indispensable. A qué se dedica la gente, cómo lo ha hecho, qué ha logrado, qué limitaciones tiene y qué recursos existen. ¿Cómo podemos empezar? Casi siempre la capacitación es lo más requerido y lo menos solicitado. Generalmente los apoyos materiales que necesitan los productores se identifican cuando ya se capacitaron. Nuestra intervención debe servir para aprender junto con ellos. Hay que resaltar sus virtudes y ayudar de una forma tal que ellos lo perciban, esa es la labor de un líder.  Es un error pretender enseñar algo, todos aprendemos de todos. Es un grave error decir que todo lo anterior se ha hecho mal sin evaluarlo.

Para convencer a los productores hay que demostrar acciones de impacto en el corto plazo. Hay que aprender de los que ya resolvieron los problemas, tanto en lo local o a donde haya que ir. Hablar poco, hacer más. El trabajo es la base del liderazgo y el liderazgo es ejemplo, no discurso.

Por todo lo anterior y a pregunta expresa de cuál debe ser el modelo educativo en el futuro de la UACH para un mayor impacto de sus egresados en el campo mexicano, en el conversatorio de ex rectores, presento el siguiente Decálogo para Chapingo del Futuro.

1.- Incluir orientación vocacional y más especialización profesional para la Formación de Líderes.

2.- Reducir la teoría y aumentar la práctica en los contenidos curriculares, para llegar a niveles de 50-50 por ciento.

3.- Promover que cada estudiante identifique y resuelva al menos un problema real de su comunidad antes de egresar.

4.- Incorporar el servicio social universitario comunitario e Impulsar que las tesis profesionales y la titulación estén vinculadas a problemas reales.

5.- Creación de un banco universal de proyectos, políticas y casos de éxito sobre desarrollo agroalimentario en la biblioteca central.

6.- Evaluar la incorporación de las carreras de: ingeniero en agricultura familiar y seguridad alimentaria, ingeniero en agronegocios y empresas agroalimentarias e ingeniero en políticas públicas agroalimentarias.

7.- Transitar el proceso hacia nuevas carreras a través de incorporar materias optativas sobre las nuevas temáticas.

8.- Impulsar estancias técnicas de estudiantes del último semestre de preparatoria y del último semestre de especialidad, por al menos 3 meses, en organizaciones o empresas de municipios, estados o países líderes para conocer casos de éxito.

9.- Mayor vinculación, interacción, propuestas y presencia institucional con los gobiernos federal, estatal, municipal y organizaciones económico- productivas.

10.- Creación de la red nacional de servicios técnicos, logísticos e insumos para la producción agroalimentaria.

Si resultare que no somos los llamados para el cumplimiento de una obra tan enorme como la que dejamos esbozada, que otros más fuertes y mejor capacitados que nosotros, recojan nuestra bandera de campaña simbolizada en la presente idea fundamentalEnseñar la explotación de la tierra, no la del hombre”.