Vaya enredo en el que está metido el Instituto Electoral del Estado tras la revelación de los votos que se habrían transferido al partido de Pedro Haces, para mantener con respirador artificial a Fuerza por México.
La revelación de ayer de Mónica Camacho, en La Jornada de Oriente, es el inicio de una investigación que sacará chispas.
De entrada, Mario Riestra ya advirtió que presentará las denuncias correspondientes luego que su equipo jurídico y electoral encontraron que Morena “traspasó” votos al partido rosa, para que éste mantuviera el registro.
Pero el tema no será exclusivamente que Fuerza por México se quede sin registro en Puebla, y por ende sin prerrogativas, el conflicto escalará a tal grado, que abre la oportunidad a que se impugne la elección en la capital.
Nadie duda que los votos, en general para la 4T y sus partidos satélites hayan dado un triunfo holgado a Pepe Chedraui en la capital poblana, sin embargo, la irregularidad es de tal magnitud que puso, innecesariamente, en riesgo la elección, entre otras cosas por la falta de certeza y transparencia en el registro de la votación.
En la ruta jurídica es muy probable que el tema termine en el TEPJF, sin embargo, se antoja imposible revertir una elección con tanta diferencia.
Pero es aquí donde las preguntas comienzan a brotar: ¿Era necesaria tan burda operación para sostener con alfileres un partido que sólo representa a sus patrocinadores?, ¿Quién ideó tal plan?, ¿Además de esta “transferencia de votos” cuántas más se realizaron?, ¿Quiénes sabían en el IEE de esta irregularidad?, ¿Quiénes la desconocían?, ¿Quiénes la avalaron?, ¿Quién o quiénes serán los responsables de este fallido plan?
Las dudas se multiplican cuando se aprecia que el IEE decidió esconder la cabeza y guardar silencio, como si la acusación no fuese lo suficientemente delicada para salir a dar la cara y, al menos, anunciar que se haría una investigación para confirmar o desmentir los señalamientos.
La negativa y dilación del organismo electoral estatal para entregarle al candidato perdedor, después de casi dos meses, la información sobre el conteo de su elección, prende las alarmas.
Las pruebas presentadas tanto por el diario como por Mario Riestra hacen difícil creer que los votos que misteriosamente ganó Fuerza por México, fuera de las urnas, se trataran de un simple error humano en el momento de la captura, cosa que se podría entender.
Insisto, más allá de que el partido rosa pierda su registro en el estado, la gravedad de los hechos podría acarrear consecuencias penales para funcionarios electorales.
Por lo pronto Riestra ya anunció que en esta misma semana estará presentando detalles sobre esta y otras irregularidades que se presentaron durante el proceso electoral y claro, “las denuncias penales contra los consejeros electorales por violar las condiciones de certeza, imparcialidad, legalidad, equidad y transparencia de la elección”.
Tráigase las palomitas, que la función apenas comienza.