La reforma a la Ley Federal del Trabajo que firmó ayer la presidenta Claudia Sheinbaum busca -en el fondo- dotar de mayores recursos al IMSS, a través de las cuotas obrero-patronales y así sostenerlo con alfileres unos meses más.
El discurso de preocupación por los derechos laborales es sólo el eufemismo para reconocer que el Instituto Mexicano del Seguro Social requiere urgentemente de una mayor inversión de recursos tras la incorporación masiva de millones de mexicanos al programa IMSS-Bienestar.
Antes que velar por la salud, vivienda y seguridad social de quienes trabajan en las plataformas que reparten comida y productos, el gobierno necesita encontrar más fuentes de financiamiento para el mayor instituto de salud pública del país.
Actualmente el IMSS está tan saturado que cada vez es más común que medicamentos básicos como el Losartán no puedan ser recetados porque el sistema los tiene en desabasto o que los estudios médicos se realicen semanas después de la fecha de consulta, donde se evaluarían los resultados.
De ahí que esta reforma, que disfrazan de preocupación laboral sea sólo una pantalla para recaudar más. En realidad no les preocupan los derechos de los trabajadores si no aumentar los ingresos del IMSS.
Independientemente de la sorna con la cual Claudia Sheinbaum afirmó que no son socios porque no reciben utilidades, habrá que destacar que los repartidores tampoco son empleados, más bien utilizan a las plataformas para generar ingresos: ellos no trabajan para las firmas.
¿Acaso no hubo ningún asesor que le pudiera explicar a la presidenta de la República este esquema?
En la práctica diaria, muchos de los 658 mil conductores o repartidores utilizan dos o más plataformas para generar mayores ingresos, ¿quién pagará las cuotas obrero-patronales de estos repartidores?
La respuesta es lógica, como lógico será que las aplicaciones terminen aumentando los costos de sus servicios a los clientes finales, además de descontarles más a sus “socios” para poder sufragar los pagos bimestrales.
Cuando los altos precios impacten en el consumidor final, se reduzcan las compras y se activen los descuentos de las cuotas al IMSS, ¿Cuántos repartidores verán reducidos sus ingresos?
Así las cosas, en el segundo piso de la 4T.
Nachito Mier en la mira
El exalcalde de Tecamachalco deberá rendir cuentas ante la Contraloría Municipal y el INE por haber desviado recursos públicos para promover su informe de labores fuera de su municipio.
Ayer el TEPJF resolvió la querella que interpuso el PAN en 2023 y determinó que Nachito Mier infringió las normas electorales.
Sin embargo, la multa que le imponga el INE y las sanciones que pueda dictar la Contraloría Municipal podrían ser sólo la punta del iceberg. Tanto la Auditoría Superior del Estado como la Superior de la Federación tendrán puesta la lupa sobre sus cuentas públicas.
El caso del hoy diputado federal no está cerrado.