Lo engañaron, atraparon, esposaron, y al llevárselo rompieron las pocas costuras que quedaban entre los clanes de la sierra. Chapitos y Mayitos, divididos y a la vez irremediablemente unidos por ser la misma sangre que corre por las calles, han convertido a Sinaloa en un tablero de muertos. Sinaloa se retuerce bajo el peso de una guerra que no solo la desangra, sino que envenena sus raíces más profundas. Desde que El Mayo fue capturado, el estado ha conocido una ola de violencia que desnuda, sin pudor, la realidad del narcoestado mexicano por excelencia.

Las ferias y exposiciones que antes unían a la comunidad, se han transformado en blancos y símbolos de la podredumbre que carcome las cadenas productivas del estado.

En Sinaloa hoy —hoy en la teoría— el inicio de la Expo Ganadera debía levantar el ánimo del campo, celebrarse entre mugidos, graznidos y demás gruñidos de los animales de exposición y los humanos que los secundarían.

La taquilla de la feria fue baleada hace una semana, un gesto que en el México de hoy no requiere traducción. Si la sangre habla, las balas gritan.

Una lona que apareció el domingo añadió claridad al mensaje: el gobernador Moya, del partido Morena, fue advertido que el caos tocaría la puerta y a su familia si seguía alineado con los Chapitos. La lona, sin firma, sugería con esta lógica a los Mayitos como remitentes.

La Unión Ganadera Regional de Sinaloa (UGRS) no encontró opción y canceló la Expo Ganadera y el Palenque de Culiacán. La violencia que se vive en el estado desde hace dos meses ha dejado al menos 360 muertos, entre ellos Faustino Hernández, presidente de la UGRS, asesinado al interior de su domicilio en Culiacán, a finales del septiembre pasado.

Este asesinato fue preludio, pues el martes, después de anunciada cancelada la expo, fue asesinado el presidente de la Asociación Ganadera de Coyotitán.

Este año, Sinaloa ha sufrido como nunca la descomposición de sus sectores productivos. La tercera entidad más productiva del país en términos agropecuarios —más de 55 mil millones al año— ha sido erosionada y abandonada ante la incapacidad de enfrentar el pulso del narcotráfico.

La ExpoAgro Sinaloa, que este año celebraría su 32va edición, fue otro evento que tampoco pudo realizarse. La decisión tomada por el comité organizador, apuntando a otro lado, dejó claro que las mismas razones que hundieron la Expo Ganadera asfixian también al sector.

En el mundo del buceo, existe un término conocido como borrachera de las profundidades, producido por una incapacidad de nuestro cuerpo de procesar el nitrógeno del ambiente; dejando una incapacidad similar a una borrachera con güin. Se denomina narcosis.

Como hipótesis de trabajo, no queda más que imaginar un profundo estado de narcosis del gobernador de Sinaloa, para justificar la cancelación de la expo por presencia de narcocantantes en el palenque, de esos que cantan narcocorridos en ese narcoestado de este narcopaís. México, sus pronombres son «narco» y «bienestar».