Sin el mayor reparo y en pleno día revolucionario, los diputados de la 4T decidieron dar una estocada a la democracia y un retroceso cuántico en materia de derechos humanos.

Con la mayoría aplastante de 347 votos a favor y 128 en contra, los diputados federales aprobaron la desaparición de 7 órganos autónomos: el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Inai), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

Como se observa, muchos de estos organismos servían para medir la calidad de la educación, donde México está por los suelos; la pobreza, que no se mitiga regalando dinero público; y evitar abusos a los consumidores.

Sin embargo, hoy quiero hablarles de lo que vamos a perder todos los mexicanos con la desaparición del INAI. La mentira oficial ya la sabemos: se trasladarán sus actividades a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.

Al margen de que será imposible pedirle al mismo gobierno que sea juez y parte, tenemos que empezar a preocuparnos por nuestros datos personales. Hasta ahora, era el INAI quien velaba por ellos.

La transparencia, la actividad preponderante del INAI, se verá diluida, por no decir que desaparecerá. Y es ahí donde encontramos la verdadera razón de la 4T para eliminar al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información.

La furia de Andrés Manuel, ante la revelación de casos como Segalmex que mantiene perdidos más de 17 mil millones de pesos o los contratos con sobrecosto en el sector salud e incluso la falta de compra de vacunas y medicamentos, durante el sexenio de AMLO, son otros de los espinosos temas que generaron la irá del expresidente.

El pretexto de ahorrar los recursos con los que operaban los organismos autónomos no soporta el menor análisis. Más, muchos miles de millones de pesos más, se han perdido en otras áreas que no enfrentarán la extinción, como Pemex.

Digámoslo fuerte y claro, el INAI se va porque la 4T no quiere rendir cuentas y está en contra de la transparencia. No quiere ser fiscalizada. Desea ejercer el poder sin contrapeso alguno. Los votos de ayer, más que una medida de austeridad, son un aval para que se siga manejando en la opacidad.

Y en esa tónica, el pueblo bueno, ese del que tanto pregonan es el que realmente terminará pagando los platos rotos, porque la falta de acceso a la información no sólo atañe a quienes nos dedicamos al periodismo, afecta a toda la sociedad, que verá hecho añicos su derecho a exigir cuentas.

Quiere saber, ¿quién se hizo millonario con la compra a sobrecosto de medicamentos?, ¿quién ganó por enésima vez la licitación de una obra carretera a pesar de no tener experiencia en la construcción?, ¿cuáles son las 15 firmas con las que un solo amigo de la 4T se está hinchando los bolsillos?

Lamento decirle que quizá debamos esperar una nueva revolución para conocer el daño, la corrupción y el desaseo con el que se conduce la 4T de López Obrador.