Esta semana el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, soltó una bomba y reveló que hay transportistas con cientos de concesiones, gran parte de ellos, prestanombres de políticos.
Incluso el que más tiene, ha logrado alrededor de 500 unidades concesionadas, aunque hay otros con 300, 200 o hasta 100.
El personaje que más tiene, está muy bien detectado y todos sus movimientos.
Se trata de un concesionario de Atlixco, que controla la zona con camiones de pasajeros regionales. Nos guardamos el nombre de su ruta, pero es muy conocida por correr de dicho municipio hasta Izúcar de Matamoros.
En el negocio hay muchos políticos que se han beneficiado con el tráfico de influencias en los últimos años.
De ese tamaño solo una parte de la corrupción que se ha vivido en la Secretaría de Movilidad y Transportes (SMT), por muchos años y que nadie ha frenado.
Inmediatamente después de las palabras del próximo mandatario estatal, saltaron en medios de comunicación, nombres como Abraham Sánchez González; Rómulo Arredondo Gutiérrez y hasta Valentín Meneses Rojas, como lo reveló el periodista Álvaro Ramírez.
Los dos últimos fueron secretarios de Transportes en su momento y ahora estarían en la lupa.
Incluso, Rómulo Arredondo, ha sido señalado por trascendidos periodísticos como que podría ser titular de Carreteras de Cuota, ente que maneja justamente a las líneas de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).
De miedo.
El legado
En tanto, la SMT, dirigida por Omar Álvarez Arronte, dejará mucho que desear.
No frenó el transporte pirata; no puede concluir la línea 4 de RUTA, ni mucho menos informa de sus avances; y mucho menos pudo negociar con los transportistas.
Así, dejará una verdadera papa caliente o bomba de tiempo a las siguientes autoridades.
Incluso, ya se sabe que la próxima titular Silvia Tanús, ya ha empezado a pedir información en la entrega recepción, que la ha dejado boquiabierta.
Ahora ella, junto con su subsecretario Juan Manuel Vega Rayet, tendrán que trabajar en todo lo que no hizo o no quiso hacer Omar Álvarez.
Incluso tendrán que trabajar para evitar que continúe el círculo vicioso del transporte.
Y es que muchos dicen que el transporte público es un negociazo aún sin aumento.
Claro, los concesionarios que lo viven, dicen lo contrario.
Los detractores señalan que si no fuera negocio ya se hubieran ido.
Lo que no saben es que muchos ya lo han hecho.
Se habla de por lo menos 3 mil 600 personas que han dejado al que llaman unos aún “negociazo”.
Incluso un amigo personal, llevaba más de 40 años en el transporte público, desde hace un año ya prefirió dedicarse a otra cosa.
Mucho se ha hablado del pésimo servicio del transporte público en Puebla y no está fuera de la realidad que viven miles de personas diariamente.
Asaltos, accidentes y hasta muertos son el pan de cada día.
Pero todo es producto de un círculo vicioso y corrupción.
No hay aumento, no hay mejoras.
Simple matemática.
Tiempo al tiempo.