¡Qué tranza, mis valedores!
Hoy les vengo a contar de un personaje al que le acaba de caer la mismísima voladora. Sí, de Gilberto González Labastida, todavía Director de Protección Civil en esta Puebla camotera, quien más bien parecía el patrón de los abusos.
Pos resulta que Pepe Chedraui ya le aplicó la de “¡pues no, joven!” y dijo que el Gil va pa’ afuera en su gobierno.
Y no es para menos, mi manada. Resulta que el tal Labastida cargaba una denuncia desde enero de 2023 por acoso laboral y sexual, interpuesta por Carolina Morales Morales, una extrabajadora que lo aguantó más que un réferi vendido en lucha de rudos.
El señor, muy machito, le impuso una carga de trabajo que ni el Místico en su mejor momento hubiera podido levantar y luego se puso a correr a la gente que no le caía bien. Pero eso sí, mientras se paseaba como si el ring fuera suyo, Carolina andaba tocando puertas por todos lados: fue a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a Contraloría, y hasta con Lalo Rivera, el mero patrón en ese entonces, pero nomás la traían de vuelta en vuelta.
Lo más pinche triste es que, en lugar de buscar cómo enmendar las cosas, la administración pasada le echó tierrita al asunto, porque ¿para qué moverle, no?
Eso sí, a Carolina le ofrecieron apoyo psicológico en la Secretaría para la Igualdad Sustantiva de Género, como si con eso se arreglara el daño.
¡Por favor! Lo que querían era que se callara y no armara más ruido.
La Netflix es que la administración del expresencio municipal solapó a este tipo mientras que Carolina y quién sabe cuántos más tuvieron que aguantar el abuso y las injusticias sin que nadie les echara un lazo.
Ahora con la llegada de Chedraui dijo que con él las cosas van a ser diferentes, que en su gobierno no se tolerará el acoso laboral ni ningún tipo de abuso.
Ya era hora de que alguien le pusiera un alto a tipos de esta calaña en su gobierno. Hasta ahora, una palomita pa'l Pepe porque parece que lo está cumpliendo.
Pero ojo, porque una cosa es sacar al culpable obvio y otra es aplicar esa misma mano dura cuando el problema venga de alguien más cercano.
Lo que sí es de aplaudir, y no como tapete, es que el Gil ya tiene las horas contadas en su puesto. A finales de mes se hará el cambio, y esperemos que el nuevo director o directora venga con ganas de chambear y no con mañas de rudo mal entrenado.
Y pa’ que no se nos olvide, mis valedores, este triunfo no es de nadie más que de Carolina Morales y las víctimas que tuvieron los tamaños pa’ denunciar.
Porque me cae de madre que si no fuera por ellas, el tal Labastida seguiría muy cómodo haciendo y deshaciendo en su trono de Protección Civil.
Que quede claro: la justicia no llegó sola, llegó porque alguien se cansó de los abusos y tuvo el coraje de decir “¡hasta aquí!”.
Y Labastida, que no se te olvide: en este ring de la vida, el que golpea también recibe, y tú ya te llevaste el tuyo.
¡Nos vemos en la próxima caída, banda! Que aquí el que no grita, no se le escucha.