¡Qué tranza, mis valedores!
Hoy les traigo un tema que está más caliente que lona bajo el sol del mediodía: las fotomultas en nuestra Puebla camotera.
Esas meras que nos hacen sudar cada que vemos un destello en la carretera y que, aunque uno vaya derechito, nomás no te dejan en paz. En su primer lunes como góber, Alejandro Armenta ya rugió que anda revisando el mentado contrato: si sigue con los mismos o se lo dan a otra empresa.
Lo que ya nos quedó claro a todos los valedores es que no se irán.
Pos resulta, manada, que el contrato actual con Autotraffic apenas venció, pero les dieron chancla de operar hasta diciembre. ¿Por qué? Pos porque el programa no se puede parar, ya que, según dicen, es para “salvar vidas” y “reducir accidentes”.
Y, aunque suena requete bonito, aquí uno no puede evitar preguntarse: ¿es realmente por seguridad o nomás porque deja buena lana?
No es la primera vez que este negocio cambia de máscara pos antes de Autotraffic, estaba Traffic Light, una empresa que durante el barbosismo manejó el show, pero que al final salió más cara de lo que recaudaba.
¡Imagínense!
Gastaron más en ellos que lo que recuperaron en multas. ¿Y quién pagó el desmadre? Pos nosotros como siempre.
Ahora, con Armenta en el cuadrilátero, se está analizando si le renuevan el contrato a Autotraffic o si entramos en un “nuevo procedimiento”.
El tema aquí, mis cuates, es que las fotomultas son el villano perfecto: siempre están ahí, nunca descansan, y al final de cuentas, no importa si la empresa se llama Autotraffic, Traffic Light o la agencia “Chonita’s Radares Express”.
Según dicen, la prioridad es que no se afecte el servicio.
Ah, pero ¿qué servicio, mi mai? Aquí el servicio parece más bien el de estarnos vigilando como si fuéramos rudos en un ring lleno de reglas absurdas. Y no es que uno esté a favor del exceso de velocidad, claro que no.
Sabemos que los accidentes son cosa seria, pero cuando uno escucha que lo que se paga a las empresas privadas supera lo que recaudan en multas, es difícil no pensar que esto es más un negocio que una medida de seguridad.
Y mientras tanto, la banda sigue preguntándose: ¿quién realmente se beneficia de estas fotomultas?
Lo que está claro es que el góber tiene la última palabra.
Está en sus manos decidir si seguimos con Autotraffic, traen a otro jugador o si cambia las reglas del juego.
Lo que queremos ver, mi banda, es si esta decisión será realmente por el bien de los poblanos o si será solo otro capítulo de “¿quién se queda con el pastel?”
Por lo pronto ahí lo tienen, mis valedores. Las fotomultas se quedarán en Puebla.
La primera prueba de Pala
En el Ingenio de Calipan, los cañeros ya se hartaron de tanto cuento y cero billete. Desde ayer lunes, 133 trabajadores dijeron “¡hasta aquí!” y arrancaron un paro laboral, exigiendo el pago de 2.5 millones de pesos que les deben desde hace más de 18 meses.
¡Sí, mi mai, casi dos años sin ver completo su dinero, mientras los representantes de la empresa ni sus luces!
El líder sindical, Narciso Cacho Rodríguez, ya avisó que si no hay respuesta pronto, la cosa se pondrá más dura que llave de rendición.
Hablan de bloquear carreteras importantes como la Cuacnopalan-Oaxaca y la Tehuacán-Teotitlán. Y, aunque los trabajadores están abiertos al diálogo, no van a levantar el paro hasta que les paguen lo que les corresponde.
Se viene la primera prueba pa’ la nueva Secretaría de Gobernación.