La difamación y el ciberacoso que Sheridan Mata utilizó en contra de hombres y mujeres será su mayor pesadilla. Las seis denuncias -cinco en Puebla y otra en el interior del país- serán la punta del iceberg de una investigación que desencadenará una decena de daños colaterales.

El descrédito para el Frente Poblano contra Deudores Alimentarios es tal que será más fácil construir otra organización antes que limpiar la mancha que deja su fundadora. Morirá un movimiento.

La desaparición, por el momento, de tendederos con fotografías de presuntos deudores alimentarios será un mal menor en comparación con la duda que sembró.

¿Cuál será la credibilidad para quienes legitimante alcen la voz y denuncien, desde ahora, que sus exparejas no quieren cumplir con sus obligaciones?

Esa sombra indeleble que quedará en la memoria colectiva es un daño por el cual Sheridan Mata Balderas no responderá. Ella misma estará entorpeciendo las investigaciones de madres que, irónicamente, reclamarán lo que ella ‘presuntamenteinventó.

La justicia se quedará, en el mejor de los casos, con las sanciones punitivas que marca la ley ante los delitos por falsedad de declaraciones, ciberacoso e incluso por fingir su desaparición.

La próxima vez que se lance una alerta por alguna activista desaparecida, más de uno tomará sus prevenciones e investigará a la presunta víctima antes de replicar el volante. Ese es otro daño colateral por el cual tampoco responderá Mata.

Los hechos actuales generarán una duda razonable ante los juzgadores, que tienen que preocuparse ahora por ser populares antes que imparciales, y difícilmente darán seguimiento a los casos en los cuales sí existieron actos de violencia física, psicológica, vicaria y/o económica. Esas víctimas reales se quedarán nuevamente en el desamparo.

Mediáticamente los afectados que han podido pagar abogados particulares moverán todas sus influencias para lograr que su imagen pública pueda ser “lavada”, pero seamos realistas, ¿usted votaría por un candidato a alcalde que fue acusado de violencia en contra de las mujeres o de un político que se niega a pagar la pensión alimenticia?, ¿Llevaría a su hijo a un partido donde la estrella es un jugador que presuntamente engañó y abandonó a una mujer “embarazada”?

¿Se imagina la campaña negra que acompañará por años a este trío de desgraciados?

Y aquí no estamos diciendo que sean inocentes, eso dependerá de los jueces, esos que esperan contar con la gracia de su voto en junio próximo.

Lo que estamos subrayando es el daño a la reputación de mujeres y hombres que causó “la pseudo activista”.

En esta telenovela aún faltan varios capítulos por ver. No se asombre si a las denuncias reveladas ayer por quienes fueron sus víctimas y compañeras de activismo, se suma alguna por extorsión.

Las malas lenguas ya soltaron que Sheridan cobraba para acosar, ¿habrá negociado su silencio con algún “presunto deudor”?

Veremos y diremos.