Entramos nuevamente en un proceso electoral, se trata del extraordinario que inició ayer y que podríamos calificar como menor al tener sólo cuatro municipios en comicios, sin embargo, el Instituto Electoral del Estado enfrenta el reto de garantizar votos libres y secretos.
Serán más de 180 casillas las que se instalarán el domingo 23 de marzo, en Chignahuapan, Venustiano Carranza, Xiutetelco y Ayotoxco de Guerrero; los cuatro municipios de la Sierra Norte que repetirán elecciones para tener presidentes municipales, síndicos y regidores.
La seguridad de todos los ciudadanos debe ser la principal preocupación de quienes organizan las elecciones, lo es ya de los habitantes de esas cuatro demarcaciones.
La responsabilidad de la selección de las y los candidatos para estas cuatro planillas recaerá en los presidentes de los partidos políticos y esperemos que esta vez, a diferencia de lo que sucedió en el proceso ordinario, sí revisen los antecedentes de cada aspirante. Volver a darle la candidatura a un ciudadano que está a salto de mata será condenar a los habitantes de estos municipios.
En este proceso ordinario Morena y sus aliados de la 4T pondrán todo su empeño para arrasar en los cuatro municipios; enfrente, los partidos de la alianza deberán revisar muy bien su estrategia.
El PAN y el PRI saben que necesitan ir juntos si realmente quieren hacerle frente a la 4T. Apostar a candidatos únicos será condenarse a perder de manera apabullante frente a la ola morenista. Al PRD le urgen votos para alcanzar el 3 por ciento que le exige la ley para mantenerse vivo -y con prerrogativas-.
Y pese a lo complejo, insisto, por la selección de candidatos, la ubicación geográfica y la inseguridad de las zonas, todo el proceso electoral, incluidas las campañas, se realizará en apenas 10 semanas. ¿Existe alguna razón para apresurarse?
Trump, ¿amenaza o advertencia?
La versión de que el próximo presidente de Estados Unidos realizará una deportación masiva en cuanto asuma el cargo genera cada día más preocupación. Razones sobran, en Puebla, las remesas son un sustento importante de nuestra economía local.
Al respecto he señalado que veo improbable que Donald Trump cumpla con sus amagos porque una parte importante de la economía norteamericana se sostiene sobre la espalda de los trabajadores mexicanos que labran sus campos, de los que limpian las cadenas de comida rápida durante las madrugadas y quienes realizan tareas de cuidado en hogares que no son suyos.
La “detención” de la migración será la moneda de cambio, que cual tratante, exigirá el magnate a nuestro país para mantener un tratado comercial.
Antes que volver a apostar por apoyos a quienes desde centro y sudamérica buscan atravesar nuestro país para llegar a Estados Unidos, México deberá encontrar la manera para dejar de expulsar ciudadanos por la falta de oportunidades… y eso no se resuelve con discursos ni becas.