Pese a los reclamos de “su pueblo”, de la comunidad internacional y hasta de su propio sistema electoral, Maduro ha juramentado un mandato más, el tercero. No hay actas que amparen su triunfo en las urnas, pese a lo sucio de la contienda.
Entre la base social el descontento es palpable, la inflación y la migración, así como la escasez de productos en Venezuela, son muestra de que las cosas con el dictador no caminan.
Bukele, Maduro y Sheinbaum comparten la cooptación de los Congresos -o Cámaras-. Los tres mandatarios han comenzado con la destrucción de las instituciones imponiendo a sus leales en las Asambleas Nacionales.
En el caso de Venezuela, Nicolás Maduro lleva un paso más allá y ha debilitado enormemente al Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE). El líder chavista Nicolás Maduro acaparó las instituciones y ni con eso le resultó creíble el fraude electoral.
En este espejo es donde México, nos guste o no, se está reflejando. Los programas sociales, están resultando más lucrativos para los jóvenes que las becas o los empleos formales.
Nuestra división de Poderes se diluyó al grado que hoy la Ejecutiva federal lo mismo manda en el Congreso de la Unión que en los espacios legislativos de los estados.
El INE, asfixiado económicamente y con consejeros impuestos por la Cuarta Transformación, poco a poco comienza a derrumbarse. El fantasma de aquella “caída del sistema” que vivimos en los peores años del priismo, nos ronda.
La desmantelación de los organismos autónomos y electorales se ha “justificado” con la falsa retórica de que nos sale muy caro a los mexicanos mantener al sistema de instituciones que sostiene a nuestro país. Más costoso será permitir que el poder que ya acumula la Cuarta Transformación termine por imponer su ley sin derecho a la defensa ni a la réplica.
El regreso de Trump -en unos días- a la Casa Blanca nos mostrará que estamos a la misma altura que Venezuela. La diplomacia mexicana que por años fue ejemplo internacional hoy es el reflejo de los arrebatos de Maduro ante el mundo.
Veamos la situación de Venezuela a futuro. Pero en un futuro ya muy cercano. Las próximas elecciones y las siguientes, estarán ya a cargo de órganos controlados por la 4T, por Morena, pues.
¿Queremos ser el espejo de Venezuela?
Las alertas de búsqueda (pros y contras)
En un país donde la desaparición de personas es uno de los delitos que más nos duele, ninguna ausencia puede tomarse a la ligera.
Es cierto que en las últimas dos semanas hemos sido testigos de búsquedas mediáticas, que para fortuna, han terminado con la localización de las personas sanas y salvas.
En México, donde matan a 11 mujeres en promedio cada día, no podemos darnos el lujo de que los Ministerios Públicos apuesten con las vidas para saber si buscan o no a quienes han sido reportados como no desaparecidos.
¡Hay que ir a por todas!
Es deseable que aumente el número de personas que se localizan y que se “desconectaron” por razones personales, antes que seguir engrosando las listas de hombres y mujeres desaparecidos.
¿Acaso sólo tienen sentido las acciones y los protocolos de búsqueda cuando las víctimas aparecen muertas?