¡Cómo pintará el panorama político para el PRI en Tlaxcala que aún faltando días para el inicio formal del proceso electoral, entre ellos ya han comenzado a sonar Las Golondrinas!

No es una exageración, me explico.

Entre corrillos de dependencias estatales ciertos burócratas ya se hacen a la idea que la batalla por la gubernatura está casi perdida.

Los priistas, tal parece, alistan sus maletas temiendo lo peor: no ganar la gubernatura.

Esto mismo me afirmaron algunos tricolores apostados en la administración estatal, pero eso no es todo ya que no sólo los burócratas de tercer nivel se ven fuera, sino uno que otro que despacha desde la oficina del gobernador, Marco Mena.

Temen una posible limpia que venga desde el partido vencedor que, si atendemos a las recientes encuestas de chile, mole y dulce, es muy probable y la gane una morenista.

Eso siempre y cuando los priistas no apelen al sentido común y se vayan por la libre sin concretar la famosa mega alianza que tanto suena en Tlaxcala.

Es urgente que los emanados del partido se fortalezcan en todas sus corrientes, aprieten tuercas y se lancen al todo por el todo para que esto no suceda.

No hay de otra.

Se debe tejer fino desde los municipios, sus bases y mirar de frente, ¡vamos!, tomar al toro por los cuernos y dejarse de miedos por algo que aún no sucede. Se están jugando, ni más ni menos, una gubernatura.

Esta labor debe llegar a lo más alto del partido, al mismísimo líder estatal Noé Rodríguez Roldán quien es un experimentado político y dirigente.

Claro, es entendible que burócratas sientan la plaza perdida, ¿pero sin venderla cara?

Más allá de pensar en limpias o posibles cacerías de brujas es urgente se pongan a trabajar porque, si no les han dicho, también están en juego 60 alcaldías y 26 diputaciones.

No necesariamente es un tema de falta de gallo o gallina, como lo afirman algunos priistas que ya andan de capa caída.

Es parte de lo elemental en política: convencer al votante. Y en eso tanto Noé Rodríguez, Marco Mena y Anabell Ávalos tienen ventaja.

Y no hay más. O los tricolores se suben a la tabla de salvación, llamada mega alianza con el PAN y el PRD, o que den por muerto al partidazo en Tlaxcala a partir de 2021.

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