Ya era necesario que el gobierno de Tlaxcala reforzara las medidas sanitarias para tratar de frenar los contagios de Coronavirus, como fue anunciado por el mandatario Marco Mena la semana pasada.
Con la cifra de muertos y casos confirmados ya no se podía esperar más.
Y es que la Secretaría de Salud reportó este domingo que ya suman 11 mil 722 positivos y mil 525 los muertos por Covid-19 en Tlaxcala.
Justo la semana pasada le comentaba que verdaderas caravanas de poblanos acudían a Tlaxcala para hacer compras, ya no de Navidad, sino de Reyes Magos.
¡Una locura!
Desde plazas comerciales y calles se observaban recibiendo a compradores que, curiosamente, portaban placas de Puebla en sus automóviles.
De ese tamaño la emergencia que teníamos ante nuestros ojos y podía salir de control.
Ya era justo que el gobierno de Tlaxcala reforzara las medidas sanitarias.
De ahí que se optara por la reducción de aforo al 30% en centros comerciales y negocios.
Al igual que en Puebla.
Las medidas son aplaudibles pero hay que reconocer que llegaron tarde.
En los siguientes días veremos con datos duros los contagios provocados por la movilidad desatada.
A partir de este lunes y hasta el 31 de enero las actividades comerciales estarán permitidas de 07:00 a 19:00 horas.
Además, para tomar en cuenta, aforo máximo de 30%, uso de cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia.
Ojo: hay cierre de centros deportivos y recreativos públicos, así como plazas y parques; venta de artículos no esenciales en tianguis, por citar algunas medidas.
Pero tampoco hay que pensar que la responsabilidad es única del gobierno, para nada.
Porque con todo y medidas claro que habrá quienes busquen saltarlas en su beneficio. Basta que usted, amigo lector, abra redes sociales y vea todo tipo de personas.
¡Verdaderas joyas!
Desde la Lady que no respeta sana distancia o uso de cubrebocas hasta el Lord que agrede a quien lo exhibe haciendo todo para contagiarse de Covid-19.
La experiencia es clara: si no cambiamos como sociedad y seguimos viendo cómo fregarnos al vecino y sacar ventaja hasta de la pandemia, simplemente, ¡estamos fregados!
El Covid-19 nos ha enseñado algo básico: frenar los contagios depende de cada uno; somos una oportunidad para detener la cadena.
Porque siendo responsables en Tlaxcala no tendríamos que llegar a medidas tan necesarias como éstas.
Y conste que todos lo sabíamos y muy pocos actuamos.
Así de simple.
Y no es reclamo, pero todos sabemos de dónde cojeamos.
Voy bien, ¿o me regreso?