Ante el aumento en los casos de Covid-19 en Tlaxcala, no sólo los ciudadanos se mantienen alerta, sino que en las altas esferas de la administración pública las alarmas se han encendido.

Luego que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, diera positivo al Coronavirus, en el Congreso del Estado ya se contabilizan tres contagios entre empleados.

A la lista hay que sumar tres casos más en el Instituto del Deporte, 16 más en la Unidad de Servicios Educativos y 22 en el Tribunal Superior de Justicia.

Si la cantidad de contagios sigue en escalada, ¿no sería prudente contemplar la posibilidad de endurecer las medidas sanitarias, antes que salgan de control? (LS) 

Comparecencia Segob, ¿humo blanco?

Al fin habría humo blanco para la comparecencia del titular de Gobierno, Sergio González Hernández, luego que en los pasillos del Congreso suena fuerte que la fecha designada sería el próximo 27 de enero.

Luego de tanto estirar la liga y jugarle al vivo, sólo sería cuestión de horas para confirmar la fecha de la comparecencia, la cual se ha venido aplazando por Morena desde diciembre pasado.

Sin embargo, aún no se descarta que los propios lopezobradoristas hagan lo imposible para que no se concrete la comparecencia, incluso, más de un diputado morenista juraba y perjuraba que la orden ya estaba en el olvido.

Para vergüenzas legaloides, sin duda, el Congreso de Tlaxcala está poniendo muy en alto la vara. (LS) 

Otra de la mafia del transporte

Luego de la puesta en marcha del PoliBús, ruta de transporte para maestros y alumnos de la Universidad Politécnica en Zacatelco, quienes hicieron el berrinche de su vida fueron los concesionarios.

Y es que los dueños de unidades se sentían con el derecho exclusivo de transportar a los universitarios a las aulas, y con este servicio sus ganancias ya se vieron comprometidas.

La mafia transportista dejará de percibir 6.50 pesos por cada viaje, y de entrada ya ven cómo tumbar el PoliBús para recuperar a como dé lugar sus jugosas ganancias. (LS) 

Zoológico, en el ojo del huracán

Vaya problemón que se le viene encima al Zoológico de Tlaxcala, luego que trascendieran presuntos malos tratos del personal hacia animales de uno de los sitios turísticos más representativos del estado.

Y es que en los corrillos de gobierno se habla que las muertes de jaguares, ñus y hasta un león, presuntamente serían por negligencia, aunado a las malas condiciones del lugar.

Más allá que el gobierno estatal garantice las medidas de atención en el Zoológico, más valdría investigar a fondo, porque en una de esas se cumple que “cuando el río suena, agua lleva”. (LS)