Con la novedad que el Operativo de Seguridad en Semana Santa fue un rotundo fracaso, pues no sólo hubo a cuentas baleados, un ahogado y hasta un terrible caso de linchamiento en San Pedro Tlalcuapan, localidad del municipio de Chiautempan.
Si los hechos violentos ya son deleznables, resulta peor que las mismas autoridades estatales no pudieran rescatar a un presunto ladrón de ser golpeado y quemado vivo.
Y es que el terror que se presentó el Viernes Santo a manos de rijosos de San Pedro Tlalcuapan no puede calificarse de otra manera: hacer justicia por mano propia es reprobable.
Más, si las autoridades estatales y municipales no impiden que el homicidio grupal se cometa: un sujeto fue golpeado y, posteriormente, arrastrado a la calle principal para ser quemado.
¿Por qué la policía no impidió esta barbarie? ¿Y el Estado de Derecho? ¿No que todas las corporaciones estarían atentas y vigilantes en Tlaxcala?
No fueran rayones en el Palacio de Gobierno, porque hasta la alta burocracia estatal es movilizada para cumplir con caprichos y hacer que la casa “brille de limpia”.
Así las cosas, donde en “tierra de ciegos el tuerto es rey”. (LS)
Sergio González, en la tablita
Vaya “chambota” la que tendrá que hacer la Sedena para encontrar al mejor perfil para comandar la SSC en el estado, y terminar con el impresentable “hoyo negro” que se ha convertido la dependencia.
Y es que luego del escándalo de la desaparición del exsecretario, Alfredo Álvarez Valenzuela, la mala fama que pesa en las filas no hace más que aumentar a pasos agigantados.
Por eso no sorprende que el gobierno estatal, literalmente, se “lave” las manos en la revisión de los perfiles de quienes aspiran a liderar la SSC.
Con la decisión de ceder a la Sedena el “palomeo” del nuevo secretario, queda claro que la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, ha perdido la confianza en su jefe de gabinete, Sergio González Hernández.
¿Será que el titular de la Segob tiene los días contados en la administración estatal? No sea que ya le retumbe con fuerza “Las Golondrinas” y él ni enterado. (CPG)
SSC, de brazos cruzados
Después del asalto en la plaza comercial “El Gran Patio Tlaxcala”, donde un trabajador de seguridad privada fue asesinado en su primer día de trabajo, se reveló que la empresa responsable de la vigilancia operaría de manera irregular, al no contar con permisos suficientes.
Para rematar, la empresa Simose no contaría con el aval de la SSC, lo cual pone en el “ojo del huracán” los mecanismos de revisión de la dependencia, ya que ahora resulta que cualquier empresa ofrece seguridad en un “mar” de inconsistencias.
Incluso, resulta que los administradores de la plaza no permiten el paso libremente al personal de Seguridad Pública Estatal, y tampoco han hecho un esfuerzo para contar con circuito cerrado.
Es el colmo que el personal haga su labor sin el más mínimo equipo de protección o, al menos, un chaleco antibalas; peor aún, que el gobierno del estado se quede de brazos cruzados.
¿Y la seguridad de las familias que acuden diariamente a realizar compras? ¿Quién se hará responsable de la muerte laboral del elemento?
Y luego dicen que la crisis de seguridad es mero tema mediático.
Una vergüenza. (LS)