No deja de llamar la atención la pronunciada ausencia de la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, del escenario público en días recientes, y más al cumplirse su primer año al frente de la administración estatal.

Y es que la gobernadora no ha realizado apariciones públicas en actos cuya trascendencia es notoria, como la colocación de los Bandos Patrios o, incluso, la entrega del informe adelantado al Congreso del Estado, lo cual ya levanta especulaciones entre la fuente de Gobierno.

No es para menos, pues justo al cumplir el primer año de labores, la gobernadora no apareció ante la prensa u organizó algún evento, es más, ni en el encendido de la iluminación patria estuvo.

Incluso, en sus propias redes sociales las apariciones recientes son en eventos a puerta cerrada y difundidos por su área de comunicación.

¿Qué estará pasando en Tlaxcala que la gobernadora brilla por su ausencia en fechas clave para su administración?

¿Será que la culpa la tienen las constantes movilizaciones de burócratas? No vaya a ser que como versa el dicho, “cuando el río suena…” (LS)

Policías de Yauhquemehcan, un hoyo negro

Después de hacerse público un video donde un elemento de Seguridad Pública de Yauhquemehcan golpea brutalmente a una persona en la oficina de la Comandancia, pobladores no se quedaron con los brazos cruzados.

Y es que, inconformes con la inseguridad de la zona, exigieron una limpia en la corporación, pues aseguran que altos mandos no sólo toleran actos ilegales, sino dan manga ancha a los elementos para brincarse la ley.

Todo a costa de la presidenta municipal, María Anita Chamorro Badillo, y de paso la misma Secretaría de Gobierno, a cargo de Sergio González Hernández.

Pues la dependencia se lavó las manos al afirmar que todo es culpa de la falta de certificación de las Policías Municipales.

Por eso no extraña que la ola de inseguridad esté latente y los únicos afectados sean los tlaxcaltecas, cuya tranquilidad “puede esperar” a los ojos del gobierno estatal y los propios ayuntamientos.

Una verdadera vergüenza. (LS)

Tradición culinaria, echada por la borda

Con la novedad que los ya clásicos y muy tlaxcaltecas tacos de canasta, junto a la iglesia de San José y el Parque Xicohténcatl, en el Centro Histórico capitalino, fueron desalojados junto con otros puestos de comida en la zona.

Se rumora que la causa es que el las autoridades quieren hacer la Plaza Patrimonio Cultural, pero a costa de los comerciantes, eso sí, sin dar razones a quienes por años se han mantenido en la zona.

Lo cierto es que estos tradicionales puestos han sido despreciados por los comerciantes establecidos del primer cuadro de la ciudad, y que en muchas ocasiones tienen mejor servicio que ellos.

Se habla, incluso, que varios vendedores formales habrían metido la suficiente presión para, de un plumazo, acabar con una tradición reconocida para turistas nacionales y extranjeros.

¿Será que don dinerito habla? (LS)