Amigos de Contragolpe, qué gusto saludarlos una semana más en este espacio deportivo semanal y antes de comenzar quiero aprovechar el espacio para felicitar a todos los padres, pues este domingo se celebró su día; un abrazo desde este sitio.

En pleno verano, se nos hunde el Tritanic

Como ya lo notaron en el título, hoy nos vamos con todo sobre el caso de la Selección Mexicana, la cual se hunde conforme avanzan las semanas de una forma no vista desde los años 70.

Independientemente del fracaso en la CONCACAF Nations League y el estrepitoso juego ante Estados Unidos, el combinado nacional nos ha confirmado lo que se viene cayendo de maduro: ha caído en una espiral que aumenta de tamaño hacia el abismo.

Con resultados tan desastrosos como el del pasado jueves, es difícil no señalar al timonel, en este caso, Diego Cocca, quién se convirtió en el enemigo número uno de un sector de la afición y ni qué decir de los grupos de poder en la FMF que no dieron el visto bueno a su llegada a inicios de año.

Sin querer ser el abogado del Diablo, pienso que el técnico que hizo bicampeón al Atlas en 2021 quizás es el menos culpable de toda la tragicomedia que vive las entrañas de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), pues hay que recordar que el balompié nacional vive de capa caída desde hace varios, pero varios años

Para muestra, un botón, pues la crisis del Tricolor se agudizó el año pasado con fracasos en todas las categorías bajo el mando de Yon de Luisa como no ir a Mundiales, los pésimos resultados en la Femenil y como joya de la corona, el papelón en Qatar 2022.

SOS en Femexfut

A estas alturas del problema, la bronca del Tricolor ya ni siquiera pasa por una evidente falta de reacción en la cancha, pues no se debe confundir el jugar con orgullo que usar el bajo uso de las patadas cobardes y golpes de frustración.

Los problemas que tiene el entorno del combinado nacional son mucho más profundos de lo que parecen al recordar que los males han estado presentes en diversos momentos del 2000 a la fecha, pero estos fueron tapados con algunos juegos trascendentes, las medallas olímpicas y algunas Copa Oro.

En este espacio hemos hecho hincapié sobre algunos de estos problemas como el urgente cambio generacional, la competencia a nivel internacional, el aprovechamiento deportivo y no solo económico de los "moleros", el retorno de la competencia ascenso / descenso, por señalar las más sonadas y reiteradas.

México hoy sufre las consecuencias de no haber hecho un seguimiento en el trabajo de fuerzas básicas en los últimos diez años, de no tomarse con seriedad torneos de menores, de quitar la regla 20/11 (debuts en Liga MX) y de disfrazar la Liga de Expansión en un falso semillero juvenil.

El hecho de no tener más de 50 jugadores para la Selección Mexicana es el efecto dominó de no sacar provecho de la generación en Tokio 2020 y de dejar a la deriva a una nueva camada de futbolistas que no tendrán Mundial Sub-20 y Juegos Olímpicos en París 2024.

¿Y ahora, quién podrá ayudarnos?

Hace unos días, su servidor mencionaba que México podría tener un verano movido, aunque sinceramente jamás imaginé un escenario tan turbulento previo a una Copa Oro, quizás lo más cercano fue en 2013 con "Chepo" de la Torre.

Del estilo de juego ni hablamos, pues desde el Tata Martino se sabía de antemano que no había generación de goles y menos un fútbol espectacular, cosa que se sigue arrastrando y se notó el jueves.

Este presente no pinta bien y de mantenerse el notorio ambiente tóxico, el cierre del verano podría ser todavía más terrorífico de lo que el más pesimista pudo imaginar.

A título personal, el primer punto que urge en todo el entorno Tricolor es que exista ORDEN en todos los niveles, pues se nota un vacío de poder desde hace rato entre el cambio de directivos y decisiones "heredadas".

Hoy, Juan Carlos Rodríguez, nuevo presidente de la FMF tiene la oportunidad de tomar las riendas y poner a todos en el mismo barco, pues el tema de Diego Cocca no fue suyo.

Rebeldía histórica de la afición con un inútil tercer lugar

El domingo 17 de junio de 2022, México vivió uno de los juegos más incómodos en suelo norteamericano, pues el juego de Nations League tuvo la peor entrada en la historia del Tricolor en tierras vecinales con apenas 8 mil aficionados de 80 mil disponibles en Las Vegas.

Producto de todo lo anterior dicho, los connacionales alzaron la voz de la forma que pega a los bolsillos de la Concacaf: una raquítica asistencia al mejor estadio de la Unión Americana en un juego oficial.

El juego ante Panamá fue de gris a negro, pero el resultado es lo de menos cuando los cambios en la alineación titular fueron mínimos y el funcionamiento fue igual de pobre, vamos, los canaleros jugaron mejor y hasta les anularon un golazo de chilena.

Históricamente, el juego del tercer lugar en el fútbol suele ser despreciado por ser aquel "que nadie quiere jugar" y sí a eso le sumas que se trata de Concacaf, pues bueno, el resultado es ver más gente durmiendo en el estadio que jugadas de gol.

¿Verano de pesadilla para el Tricolor?

A estas alturas ya es difícil no notar el enrarecido ambiente en la Selección Mexicana con una tremenda falta de autocrítica, una ausencia exponencial de liderazgo, una tensa relación entre Diego Cocca y el entorno de poder... y ya del funcionamiento colectivo, ni hablamos.

México iniciará su aventura en Copa Oro ante Honduras el próximo domingo, luego enfrentará a Haití y finalmente a Qatar, rivales a los que se supone, se vencerán, pero que hoy no te dan garantía de ello, así de mal se ven las cosas.

Dicen que cuando el río suena es porque piedras lleva y conforme avancen los días de una hostil concentración, los rumores sobre un posible cambio en la dirección técnica en el Tricolor se harán más notorios, pues dicen los que saben, que ya buscan bombero, digo, técnico para los juegos de Septiembre.

Que México esté mal a nivel futbolístico no sólo merma a los poderosos con temas económicos, sino a la propia Concacaf por ver a uno de sus referentes hundido en la mediocridad, aquella que no cansa de alimentar con sus decisiones carentes de talento deportivo y brillantes con los billetes.

Si todo esto no hace tomar decisiones que permitan un cambio positivo en el fútbol mexicano, ya será difícil que se haga realidad rumbo al 2026...

Es ahora o nunca.

Porque los récords se hicieron para romperse.

¡Nos leemos en la próxima!

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