Dilma Rousseff, una exguerrillera de 62 años, se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia de Brasil, desde donde buscará hacer historia como su principal mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva.

"Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil", dijo Rousseff al asumir el cargo ante el Pleno del Poder Legislativo.

La nueva mandataria, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), expresó su promesa ante el titular del Congreso, el senador José Sarney, en un acto que contó con la participación de mandatarios y cancilleres de varios países de la región.

Rousseff, de esta forma, ya hizo historia en el país al convertirse en la primera mujer en asumir la Primera Magistratura, cargo al que llegó tras ser elegida en la segunda vuelta del 31 de octubre pasado, con 53 por ciento de los votos.

La también exministra del Gobierno de Lula, a quien sucedió para gobernar en el periodo 2011-2015, integró en su juventud el Comando de Liberación Nacional, un grupo subversivo que asaltó bancos y colocó bombas en el estado de Minas Gerais.

Hija de un inmigrante búlgaro comunista, que ejerció en este país como abogado y hombre de negocios y de una maestra de escuela, la nueva jefa de estado nació en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, en 1947.

Tuvo, según sus cercanos, una infancia en un ambiente familiar burgués ya que los Rousseff tenían una espaciosa vivienda y contaban con servicio doméstico, a lo cual se sumaban clases especiales de música, danza y francés.

A los 16 años, y ya muerto su padre, ingresó a un colegio estatal donde se involucró con el movimiento estudiantil reivindicativo, que coincidió con el Golpe de Estado que derrocó al gobierno de Joao Goulart, y participó en una organización de extrema izquierda.

En 1967, a los 19 años, ingresó al Comando de Liberación Nacional, aunque no participaba en forma directa en los asaltos y colocación de bombas pero sí en el aparato político del grupo como enlace con sindicatos e instructora ideológica.

Una mujer prosoviética
De ideas marxistas y prosoviéticas, donde influyó el ensayo del intelectual francés Régis Debray "Revolución en la revolución", Rousseff inició ese mismo año sus estudios de Economía en la Universidad Federal de Minas Gerais.

Luego integró la Vanguardia Armada Revolucionaria-Palmares (VAR-Palmares) donde, según medios de prensa, tuvo una actuación "oscura e incierta" como "cerebro" de varios robos y asaltos que permitieron catalogarla como "terrorista astuta, carismática y de alto rango".

En enero de 1970, tras la desarticulación de la VAR-Palmares, fue detenida, interrogada y torturada durante 22 días por los aparatos de inteligencia de los militares y la policía que se habían conformado para combatir la insurgencia y el terrorismo.

Luego de ser procesada por la justicia militar, Rousseff fue encontrada culpable del delito de subversión y recibió una condena de seis años de prisión que luego fue reducida a dos años y un mes, por lo que salió de la cárcel a fines de 1972.

Un tiempo después retomó sus estudios de Economía en la Universidad Federal de Río Grande do Sul y destacó como activista de izquierda, en particular de campañas en favor de la amnistía para quienes habían perdido sus derechos políticos y civiles en la dictadura.

En 1980, Rousseff participó en la fundación del socialdemócrata Partido Democrático de los Trabajadores (PDT) y en años posteriores ejerció cargos públicos en algunos estados brasileños, hasta que en 2000 le interesó el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

A principios de 2001 dejó el PDT y se afilió al PT, donde trabajó en la elaboración del programa energético del entonces candidato Luiz Inácio Lula da Silva, quien se impresionó con el conocimiento práctico, más que teórico, de Rousseff.

Una pupila de Lula
Luego del triunfo de Lula el 27 de octubre de 2002 ante José Serra, la exguerrillera asumió como ministra de Minas y Energía para modernizar el sector y terminar con el déficit en materia de generación.

Pero sólo sería hasta junio de 2005 cuando Rousseff coronó su carrera en el gobierno con su llegada al Ministerio de la Casa Civil, el más importante del gabinete y que era dejado por José Dirceu tras acusaciones de corrupción.

A la cabeza de importantes proyectos sociales, económicos y de infraestructura en el gobierno de Lula, Rousseff comenzó a ganar en popularidad y el mandatario la ungió como su candidata en noviembre de 2008 en el marco de una visita a Roma.

"Querría que Brasil, después de mí, fuera gobernado por una mujer y ya existe la persona adecuada: es Dilma Rousseff", dijo el ahora exmandatario brasileño, quien le recomendó una mayor exposición pública para que fuera más conocida a nivel popular.

Pero recién en marzo de 2009 ella admitirá ser "precandidata" presidencial del PT, aspiración que quedó en duda poco después de un mes, cuando se le descubrió un tumor linfático maligno que debía ser operado y luego tratado con quimioterapia.

Recuperada de su dolencia, en febrero de 2010 fue nominada en forma oficial como candidata del PT para, según dijo en esa oportunidad, "profundizar la visión social de Lula", y al mes siguiente dejó su cargo ministerial en el gobierno.

La candidata del PT contrajo nupcias por primera vez en 1967 con su camarada del Comando de Liberación Nacional, Cláudio Galeno Linhares, tras lo cual se vinculó sentimentalmente con Carlos Franklin de Araújo, con quien en 1976 tuvo a su única hija, Paula.

"Protegeré a los más frágiles"
La nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, asumió el compromiso ante el país de "proteger a los más frágiles" y "gobernar para todos", así como a consolidar los avances sociales de su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

En su primer discurso ante el Pleno del Congreso luego de asumir el cargo ante el titular del Senado, José Sarney, la flamante mandataria dijo que su elección como primera presidenta del país es un "homenaje a todas las mujeres brasileñas."

"Unidad para hacer los cambios necesarios"
La nueva presidenta de Brasil pidió hoy la unidad y el apoyo de las fuerzas políticas aliadas al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y de la oposición para "hacer los cambios necesarios" en el país.

En su segundo discurso a la Nación tras haber asumido el mando del país y ante una multitud que se congregó frente al palacio de gobierno, en Brasilia, Rousseff exhortó al oficialismo y la oposición a trabajar unidos por el bien de Brasil.

México por un acuerdo estratégico con Brasil
El gobierno de México ratificó su intención de llevar a buen término las negociaciones de un acuerdo estratégico de integración económica con Brasil, una vez iniciado el mandato de la nueva presidenta Dilma Rousseff.

A nombre del gobierno mexicano, el subsecretario para América Latina y El Caribe de la cancillería, Rubén Beltrán Guerrero, invitó a la nueva presidenta a visitar nuestro país en el transcurso del año.