La imagen del Señor de las Maravillas se ha convertido en la esperanza de los poblanos durante la pandemia por Covid-19, y a pesar de que el templo de Santa Mónica está cerrado, la gente llega a visitarlo y se conforma con rezar a las afueras y pasar sus manos en las puertas en espera de un milagro.

En un recorrido hecho por Intolerancia Diario, se apreció como hay todavía tres puestos con imágenes, velas y otros artículos religiosos que son comprados por la gente que acude en busca de consuelo al lugar.

Como si fuera el Muro de los Lamentos de Jerusalén, la gente pasa sus manos, no sobre piedra, sino sobre la madera de las puertas, al igual que como acostumbraba hacerlo en la urna donde se encuentra habitualmente.

Previo al cierre del templo, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, también recomendó a los miles de fieles que acuden a venerar al Señor de la Maravillas en el templo de Santa Mónica, que se abstuvieran de tocar los cristales de la urna para evitar un posible contagio, e indicó que es posible que se coloque una barrera.

Sánchez Espinosa recordó que se trata de una de las imágenes más veneradas en México, y los fieles en su devoción tocan la urna, sin embargo en éstos momentos la situación es complicada y pidió respetar las medidas sanitarias.