El piloto Roberto Coppe Obregón tenía en su sangre hasta 30 por ciento de monóxido de carbono, según la autopsia practicada luego del accidente del helicóptero en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo el senador Rafael Moreno Valle.

Así lo aseguró Gilberto Vladimir Montalvo, abogado defensor del mecánico Ricardo Montiel, quien se encuentra detenido por el siniestro ocurrido el 24 de diciembre de 2018.

En información de la revista Proceso, afirmó además que hubo varios elementos que no fueron abordados en el peritaje que llevó a cabo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Se presume que la intoxicación del piloto pudo deberse a que estuvo inhalando por un tiempo prolongado los gases emitidos por la aeronave o algún otro motor, por lo cual pudo haberse desmayado.  

Sin embargo, ese hecho no fue puesto en el informe final de la SCT, además de que ninguna de las otras cuatro personas fallecidas en el incidente, incluyendo el copiloto, Marco Antonio Tavera Romero, registró esa misma intoxicación.  

Para el caso de la defensa del mecánico Ricardo Montiel y de los otros detenidos acusados por homicidio culposo, daño en propiedad ajena y falsedad de declaración, esto demuestra que las investigaciones en torno a la causa del desplome de la aeronave no se agotaron y dejaron sin tomar en cuenta éste y otros elementos que pueden ser de relevancia, dijo el abogado.  

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla ha basado sus imputaciones contra 12 personas –nueve de las cuales ya están detenidas- exclusivamente en el peritaje que presentó el 27 de marzo de 2020 la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) de la SCT, recordó.

Óscar Sánchez Terrones, también del despacho Montalvo y Terrones, explicó que lo que ha hecho hasta ahora la Fiscalía equivale a solo “fusilarse” el informe de la SCT, sin llevar a cabo ninguna diligencia propia que demuestre que la supuesta avería en los actuadores, realmente ocurrió y fue la causa de la caída del helicóptero. 

Asimismo refirió que otra de las cosas que no se investigaron fue que los testigos de la caída del helicóptero mencionan, incluso en el mismo informe de la SCT que está en internet, que escucharon un ruido “como si se apagara el motor”.  

Además un dictamen que emitió Ian James Foord, ajustador contratado por la compañía de seguros Global Aerospace para verificar la causa del desplome del helicóptero, concluyó una causa diferente a la que expone el peritaje de la SCT.

Consideró que el desplome del helicóptero se debió a una pérdida de potencia del motor, que el piloto no pudo recuperar o no maniobró de manera correcta.  

El abogado expuso que ese tipo de pérdidas de potencia pueden considerarse normales en las aeronaves y que los pilotos deben saber recuperarlas, aunque en este caso habría que tomar en cuenta la intoxicación que presentaba Coppe.    

“Creemos que hubo una falla de potencia y los pilotos no bajaron el colectivo (aeronave) suficientemente rápido, por lo tanto, las RPMs (revoluciones por minuto) del rotor decayeron a medida que descendían al suelo. La razón de la falla de potencia puede ser difícil de descubrir, ya que los datos de la unidad de control de combustible (DADEC) fueron ciertamente destruidos por el fuego”.