Unos 150 ejidatarios de Santo Tomás Chautla mantuvieron por cerca de tres horas cerrado el acceso de camiones recolectores de basura al relleno sanitario de Chiltepeque, luego de protestar por los focos de contaminación generados en la zona y porque se incumplió el convenio con autoridades municipales y la empresa concesionaria RESA.

Los ejidatarios aseguraron que en dicho convenio, a cambio del terreno ejidal para la construcción del basurero municipal, se apoyaría a la comunidad con obras, construcción de escuelas, pavimentaciones e infraestructura, entre otros, pero a 15 años de distancia sólo se ha cumplido con el  20 por ciento del total de las obras que se realizarían.

Ante el incumplimiento del acuerdo anterior, los ejidatarios exigieron el retiro inmediato del relleno sanitario, pues los terrenos no son propiedad del ayuntamiento, sino de los comuneros.

El presidente del Comisariado Ejidal, Emilio Villegas Flores, aseveró que además de no recibir ningún apoyo de las autoridades y la empresa, se incrementó el foco de infección en esta comunidad.

Denunció que continúa la fuga de lixiviados, la contaminación en mantos freáticos y los malos olores que han producido diferentes enfermedades en los habitantes, en especial en niños de la comunidad que padecen enfermedades de la piel, respiratorias y estomacales.


RESA, sin supervisión

Villegas Flores desmintió a autoridades estatales y municipales que han descartado que la empresa RESA tenga control de los contaminantes, ya que no han tenido la supervisión necesaria en el funcionamiento del relleno sanitario.

Precisó que ante la indiferencia de las diferentes administraciones, determinaron tomar acciones más radicales para recuperar el predio en el que está el basurero municipal.

“Nosotros estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias si es que las autoridades no toman cartas en el asunto; estamos esperando una respuesta concreta, si no la hay entonces que se atengan a las consecuencias.”

Por eso, en caso de no haber una solución, exigirán a las autoridades el cierre definitivo del relleno sanitario para terminar con todas las irregularidades ocasionadas por la empresa RESA y que han sido permitidas por las autoridades municipales.

Finalmente, al lugar llegó Eduardo Alcántara Montiel, director de Atención Vecinal de la Secretaría de Gobernación Municipal, con quien entablaron un diálogo y logró tener una reunión en las oficinas de su dependencia para buscar alternativas, por lo que las instalaciones fueron reabiertas y comenzaron a funcionar de manera normal.

Veinte años de plagas y enfermedades

Son 15 años en los que los habitantes de Santo Tomás Chautla han peleado por las inconsistencias del relleno sanitario de Chiltepeque; los mismos años de enfermedades en los pobladores y de aguantar plagas de moscas y ratas.

Las afectaciones ecológicas del relleno sanitario se han convertido en una constante de cada administración. A lo anterior, los habitantes siguen calificando como una “marrullería” lo que hicieron las autoridades, porque 90 por ciento de la población se oponía a la instalación del tiradero, pero convencieron a los ejidatarios dueños del espacio de vender el terreno e hicieron a un lado la opinión de los habitantes.

El pueblo se oponía porque esta acción fue tomada arbitrariamente con la manipulación de los dueños de los terrenos para adquirirlo, aún cuando se compró a tres pesos el metro cuadrado, la idea era hacer un relleno sanitario de alta calidad, pero para los pobladores sólo es un “cochinero”.

En un principio las autoridades garantizaron el buen funcionamiento y la calidad del terreno, lo cual contemplaba componer el terreno, la colocación de una malla especial para que después de quedar lleno un tramo del terreno se colocarían capas de tepetate para cubrirlo cada determinado tiempo; además, se colocaría una membrana para evitar el escurrimiento de los líquidos tóxicos que desprende la basura, sin embargo, al llover este líquido se filtra por la barranca y recorre su ladera contaminando los alrededores de la zona.

Los habitantes no se acostumbran a vivir con el olor desagradable que desprende la basura sobre todo por la mañana y tarde, además del incremento en el número de enfermedades de piel en la población y también las infecciones causadas por la presencia de miles de ratas y moscas porque mantienen al aire libre los desechos.