Pese a que el secretario de Medio Ambiente del Municipio, Alejandro Fabre Bandini, ha defendido el funcionamiento del Relleno Sanitario de Chiltepeque, respecto a que hay casos menores de contaminantes pero que no ponen en riesgo a la población, la realidad que él menciona no es “un mito”, sino una verdad.
Para demostrar lo contrario a lo que dijo el funcionario municipal, se realizó un recorrido por los alrededores del Relleno Sanitario para verificar que no hay ningún foco de infección.
Se lograron evidenciar focos graves de contaminación en la zona y que en nada cumplen con lo que establece la Norma Ambiental que regula el funcionamiento de los basureros que hay en todas las entidades del país.
Esta Ley Ambiental establece que por ningún motivo la concesionaria encargada del funcionamiento de un relleno sanitario debe evitar a cualquier costo tener al aire libre la basura, sino que debe ser compactada y cubierta con una membrana espacial, lo que no se lleva a cabo.
Otro de las limitantes que establece la norma es impedir la fuga de lixiviados —líquidos producto de la descomposición de los desechos— para evitar la contaminación de mantos freáticos o el subsuelo de zonas aledañas a estos lugares, pero también esto nos se realiza.
Contrario a lo dicho por Fabre Bandini y su defensa a favor de la concesionaria RESA, la realidad es otra y no el “mito” que mencionó recientemente para descalificar las denuncias de los habitantes de Santo Tomás Chautla, quienes reportaron las irregularidades que comete la empresa y de las cuales pocos saben por no estar a la vista. De hecho, como imagen principal, o fachada, el relleno sanitario presenta su mejor “cara” pero cuando se rodea el lugar y se llega a la parte posterior del tiradero la realidad es totalmente diferente.
Con cámara en mano, en el recorrido se pudo documentar una seria de irregularidades que Fabre Bandini al parecer no ha visto. Incluso, aunque un vigilante del lugar trató de impedir este trabajo, se pudo constatar lo que los habitantes de Santo Tomás Chautla denunciaron.
Las pruebas
De acuerdo con la Norma Ambiental, los rellenos sanitarios del país están obligados a realizar trabajos de mitigación esenciales para evitar focos de contaminación, situación que se incumple en este caso. La ley establece que cada descarga de los residuos recolectados en las entidades debe ser alojada en un lugar seguro; posteriormente debe compactarse y al final colocar una geo-membrana para evitar tanto el desbordamiento de la basura como la fuga de lixiviados que genera la misma.
Mediante fotografías documentadas en el lugar, se demostró que el sistema de compactación de basura y la cubierta de una membrana simplemente no se realiza.
La basura es arrojada por los camiones recolectores en la parte trasera del relleno sanitario y ésta se deja al aire libre, lo cual está prohibido por la norma.
Esta medida debe realizarse para evitar focos de infección o la generación de plagas que pongan en riesgo de propagación de contaminantes; sin embargo, esto no ocurre debido a que en el lugar se pudieron observar grandes jaurías de perros que comen basura y viven en el lugar. Otros animales, como ratas y también gaviotas, acuden al lugar también para alimentarse y después retirarse del lugar llevando consigo alguna infección potencial, aunque las autoridades medioambientales lo intenten negar.
Otra de las violaciones a la norma es que en otra de las fotografías se aprecian algunas fugas de lixiviados, aunque no en grandes proporciones, por lo que la realidad es que esto sí ocurre aunque lo desconozca el secretario de Medio Ambiente del municipio.
En otra imagen se aprecia cómo la basura que está al aire libre genera lixiviados por la descomposición de los materiales, mismos que se pueden observar como un líquido oscuro que sale del lugar escurriendo hacia áreas verdes aledañas. Todo eso ocurre en varias zonas del lugar, lo cual se agrava ante el acelerado escurrimiento de estos contaminantes por las lluvias que se han registrado en la entidad y de las cuales reconoce fallas la autoridad municipal, pero la concesionaria no lo ha reparado.
Al término del recorrido, lo pobladores de Santo Tomás Chautla y sus barrios protestaron contra la operación del relleno sanitario de nueva cuenta y, con las evidencias, se ponga “mano firme” para terminar con estas irregularidades.