Por la protesta, cientos de automóviles, con rumbo a la capital del estado, quedaron atrapados entre 15 y 16 horas de este jueves, hasta que los manifestantes fueron atendidos por el director de Gobernación de San Pedro Cholula, Antonio López Espinosa, y el delegado distrital de la Secretaría General de Gobierno, Mauricio Lara Hernández.
Como resultado de la negociación con las autoridades, los inconformes lograron suspender momentáneamente la tala de los tres últimos árboles que quedan en pie, hasta que la Contraloría Municipal revise la legalidad de los permisos otorgados para dicha tala por parte del director de Administración Urbana, Nahim Pérez Taja, y del subdirector de Ecología, Salvador Herrera Charolet.
En el cierre del bulevar Forjadores de Puebla participaron alrededor de 30 vecinos de los fraccionamientos residenciales construidos alrededor de la antigua fábrica Metamex, a quienes se sumaron padres y alumnos del Colegio Pedregal, que lamentaron el exterminio de las pocas áreas verdes que aún tiene el municipio.
Recordaron que la deforestación inició en los gobiernos de Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, cuando fueron derribados miles de árboles para convertir la antigua carretera federal México-Puebla en los actuales bulevares Forjadores y Cholula-San Martín Texmelucan.
Los manifestantes aseguraron que en los últimos cuatro meses fueron cortados poco más de 100 árboles, en una superficie aproximada de dos hectáreas, que servían como un importante generador de oxigeno a esta zona que cada vez está más contaminada por el tráfico vehicular.
Por su parte, el director de Gobernación, Antonio López Espinosa, informó que la Contraloría municipal ha iniciado una investigación para verificar si la tala fue autorizada conforme a derecho por algún funcionario del ayuntamiento. Y agregó que desde este mismo viernes, en conjunto con los vecinos, se revisarán las afectaciones al medio ambiente y sus posibles soluciones.
En tanto, el director de Ecología, Salvador Herrera Charolet, informó que el miércoles 20 de marzo autorizó la tala de los tres últimos árboles que están sobre el espacio donde será construida una pequeña plaza comercial. Aseguró que se trata de especies que se pueden reponer fácilmente, además de que están enfermos y viejos, de tal manera que los constructores los sustituirán con 60 renuevos frutales.
En total fueron derribados unos 30 árboles para dejar libre el terreno que ocupará el centro comercial y un fraccionamiento aledaño, motivo por el cual los responsables pagaron 599 pesos por cada árbol segado.
“Desafortunadamente, los árboles están en una propiedad particular y no existen leyes que prohíban la tala de éstos. Las autoridades municipales sólo pueden regular el derribo y cobrar cuotas compensatorias por los daños”, argumentó.