Aunque reconocieron que las autoridades municipales ya les dieron plazos para retirarse de los alrededores de los hospitales de la ciudad de Puebla, vendedores ambulantes de la zona afirmaron que esa indicación tiene ya varias semanas pero no la cumplen, por lo que —desde la perspectiva de los integrantes de la organización 28 de Octubre—siguen en sus lugares de costumbre porque a las autoridades capitalinas no les conviene retirarlos.
En un recorrido por el hospital de La Margarita, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y del Hospital General del Sur, los comerciantes informales conviven de una manera “armónica” entre los agremiados de la 28 de Octubre y los independientes, quienes tienen que pagarles, todos los días, el derecho de piso.
“Nos obligan a marchar con ellos, pero además tenemos que darles nuestras cuotas diarias, porque de lo contrario nos corren de aquí y pues de esto vivimos, así que no tenemos alternativa”, dijo Juan Carlos, quien se dedica a estacionar automóviles afuera del Hospital General del Sur.
De tal manera que los vendedores ambulantes mantienen una “convivencia pacífica” entre ellos mismos y con las autoridades, aunque quienes controlan los alrededores son los líderes de la 28 de Octubre.
“No podemos faltar a las disposiciones que ellos tienen, porque al final terminan por someternos y nosotros necesitamos trabajar para llevar el sustento a nuestras casas”, confirmó otro de los acomodadores de coches, afuera del nosocomio estatal.
Ambulantes son reubicados paulatinamente
Ante eso, el titular de la Secretaría de Gobernación municipal, Guillermo Aréchiga Santamaría, reveló: “Se están alcanzando las expectativas que se plantearon y durante los próximos días continuaremos con la reubicación, vamos a lograr algunas reubicaciones más durante esta semana y la que viene, alrededor de hospitales, y vamos a poder liberar algunas calles más del centro histórico”.
Ante eso, el funcionario del gobierno capitalino informó que hasta el momento tienen más de 90 comerciantes informales que ya fueron reubicados en los mercados rodantes, aunque agregó que seguirán con el proyecto, pero por ahora solamente tienen cerca de 500 vendedores ambulantes en la zona del centro histórico.
Cabe señalar que, desde la perspectiva del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, la zona más complicada por la presencia de los comerciantes informales es la de los alrededores del mercado 5 de Mayo, donde existen mafias que todos conocen, pero que permiten que se mantengan en la zona para evitar una posible confrontación entre los comerciantes establecidos y los informales.
Robo en despoblado
Para quienes no pertenecen a alguna de las organizaciones de comerciantes informales que se ubican afuera de los hospitales de la capital poblana, el control que mantienen los líderes ambulantes se traduce “en un robo es despoblado”, porque, en el caso del hospital General del Sur y del hospital regional del IMSS en La Margarita, “la 28 de Octubre nos cobra cuotas a todos los demás ambulantes, si no las pagamos nos amenazan con quitarnos del lugar y por eso aceptamos sus condiciones, aunque ellos dicen que nos cuidan, porque cuando llegan los supervisores municipales ellos negocian por nosotros y así mantenemos nuestro trabajo”, dijo una de las vendedoras de comida chatarra.
Lo que sucede afuera de los hospitales de la ciudad de Puebla es que los comerciantes ambulantes organizados le cobran a ambulantes independientes, pero a la vez también ellos tienen que pagar su cuota a los supervisores del municipio.
“Entonces, tenemos una sana convivencia, por eso le digo que no les conviene que nos retiremos de aquí, porque generamos la movilidad del dinero, pero también les damos beneficios a ellos”.
En el caso de los comerciantes informales de afuera del hospital regional de La Margarita, adscritos a la organización 28 de Octubre, dicen que al gobierno municipal no le conviene quitarlos de sus puestos.
“No estamos sobre la calle, tenemos este espacio que mantenemos nosotros mismos, pero además respetamos la normatividad y les pagamos las cuotas que nos piden, pero por ahora no tenemos ningún problema, ellos son muy fuertes y bien organizados, entonces hay que apegarse a lo que nos dicen, para trabajar con tranquilidad”.
Quitar comercio informal es promesa de cada administración
Cabe recordar que quitar el comercio informal es un compromiso que lleva a cabo cada administración municipal de la capital del estado de Puebla, aunque los resultados son evidentes porque esos grupos de vendedores ambulantes permanecen en las zonas en que más fácil pueden comerciar sus productos, aunque el discurso de liberar los espacios públicos y los alrededores de los centros de salud y de comercios establecidos permea entre las autoridades locales que solamente generan paliativos y, al final, permiten que los ambulantes se mantengan como parte de la cultura social de la ciudad de Puebla.
Incluso, la propuesta de los mercados rodantes, que actualmente arrancó el gobierno municipal actual, viene de los años 70, pero los vendedores ambulantes no están dispuestos a entrar en la dinámica de la formalidad, porque eso los obliga a pagar impuestos y pertenecer al grupo minoritario de la sociedad que aporta para el desarrollo de cada región.
“Nos han intentado quitar, pero nosotros tenemos la postura clara, no podemos dejar las calles porque de otra forma no podemos llevar dinero para nuestros hijos, así que en algunas administraciones nos toleran muy bien, aunque en otras tenemos que torearlos, pero al final aquí seguimos; en mi familia tenemos tres décadas de dedicarnos a la venta callejera y así hemos sobrevivido, por eso escuchamos a nuestras autoridades, pero terminamos por realizar nuestras ventas, no lo hacemos por gusto, es una verdadera necesidad”, dijo Rosita, que lleva 14 años de dedicarse al comercio informal de comida.
Aunque la Secretaría de Gobernación municipal de la ciudad de Puebla asegura que en la actualidad son menos de 500 vendedores ambulantes que se ubican en la zona del centro histórico de la capital del estado, para el Consejo del Centro Histórico la cifra se triplica, porque aseguran que son cerca de mil 500 solamente en la zona monumental.
Aunque los vendedores ambulantes obtienen pocos recursos para el sustento de sus familias, quienes se llevan la gran parte de las ganancias en las ventas son los líderes, cuyo control está en pocas manos y espacialmente en pocas familias que reparten el dinero de los asociados entre las mordidas que entregan a los policías, la vigilancia que tienen de los trabajadores y el resto para su causa personal y familiar.