La fe se desbordó en la ciudad de Puebla. Más de 150 mil devotos católicos participaron en el vía crucis doloroso en memoria de la pasión del señor Jesús.

El paisaje del centro histórico se tornó la muestra de la devoción de miles de feligreses quienes acompañaron al arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, recordando el sacrificio vicario de Jesús y los misterios dolorosos que recorrió hacia el Gólgota.

La procesión de viernes santo permitió que el misticismo transformara la cotidianeidad de la ciudad de Puebla.

Mujeres dolientes con el rostro seco y emocionadas; las cofradías de hombres nazarenos con indumentaria luctuosa- negra con una fajilla roja- balanceándose pausadamente mientras cargan la imagen de un Jesús tallado en madera, cuyo atuendo de espigada filigrana, contrasta con su corona de espinas, y la cruz al hombro del bendito de Nazareth.

Al paso de nuestra Señora de la Soledad, el silencio abre camino, lo mismo que la estela olorosa de incienso que destaca como cortina de denso humo al compás de los incensarios.

 

Cinco imágenes veneradas,
encabezaron la procesión

 

La virgen de Dolores, de la parroquia del Carmen, inició la marcha devota de los creyentes rodeada de flores de colores que dejaban los fieles a su paso e inundando el ambiente con incienso. 

Enseguida apareció la imagen de la virgen de la Soledad, procedente de la parroquia de la Soledad, flores de colores anunciaban su paso, la imagen era cargada por mujeres devotas, con sus rostros cubiertos por velos negros.

La imagen del señor de las tres caídas, proveniente del barrio de Analco donde se encuentra un templo que guarda la imagen, arribó a la catedral en brazos de fieles encabezados por el sacerdote de la parroquia.

La parroquia de San José fue parte de la Procesión con la imagen de Jesús Nazareno cortejada por  miembros de la Cofradía de Nazarenos. Del templo de Santa Mónica, la imagen de Jesús de las Maravillas llegó al atrio de la Catedral poblana, acompañada de miles de feligreses.

Las imágenes veneradísimas partieron de la catedral de la arquidiócesis recorriendo las calles del  centro histórico hasta llegar a la parroquia de Guadalupe.

 

El llamado del
arzobispo a la fe

En este lugar religioso el arzobispo  Víctor Sánchez Espinosa exhortó a los fieles a reflexionar sobre el misterio de nuestra redención y salvación, a meditar sobre la pasión, el sufrimiento, el dolor, la agonía del Cristo Crucificado.

El arzobispo Sánchez Espinosa dijo: “para el creyente, para el cristiano, el católico, la cruz de Cristo es un signo no de muerte sino de vida, de salvación y cuando la cruz la llevamos con el crucificado, con mayor razón es la cruz amable y redentora, es el árbol noble y espléndido del que nos habla la liturgia de la Iglesia”.

“La procesión de viernes santo, es para todos nosotros los fieles, la forma de recordar el inmenso amor que llevó a Jesús a la Cruz, para reflexionar sobre nuestros pecados y reconciliarnos con la vida para ser mejores personas”, señaló el jerarca.

En un último llamado al corazón de los poblanos Sánchez  pidió al Señor de la Misericordia que bendijera a todas las familias y a la ciudad en general, a nuestra patria y a la Iglesia Universal y a los medios de comunicación para que a través de su información se dé fe de este acto religioso que es la Procesión de Viernes Santo.

Al inicio de la procesión, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla apela a los creyentes a acompañar a Jesús en la representación del viacrucis como muestra de la fe:

“… Después de haber preparado nuestros corazones desde el principio de la cuaresma con nuestra penitencia, con nuestros ayunos y con nuestras obras de caridad, el domingo pasado nos reunimos para iniciar unidos con toda la iglesia la celebración anual de los misterios de la Pascua de Jesús, es decir, la pasión, la cruz, el sufrimiento, el dolor, pero también la resurrección de nuestro Señor Jesucristo… Hoy acompañamos a Jesús en su Viacrucis, en su camino de la cruz, lo acompañamos en su dolor, en su sufrimiento, por eso recordando con toda fe y devoción sigamos al Señor, al Cristo crucificado, al Cristo de Viernes Santo, para que participando de su cruz, también nosotros tengamos parte con él en su resurrección y en su vida”.

Miles de feligreses católicos salieron a las calles del centro histórico de Puebla para acompañar a  Jesús durante los misterios dolorosos en su recorrido hacia la cruz del calvario, y a la virgen María en su camino de dolor.  

El arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, se dirigió a los fieles con un mensaje de amor, invitándoles a realizar una reflexión, a recordar el sacrificio que hizo Jesús por nuestra salvación, y a refrendar nuestra devoción católica y de amor al prójimo.

Sánchez Espinoza cumplió 6 años de estar al frente de la Arquidiócesis poblana este jueves. Aproximadamente 150 mil feligreses se dieron cita en la catedral poblana para peregrinar tras las imágenes más representativas de la ciudad de Puebla.