El panorama virulento del Covid-19 mantuvo todo el perímetro de El Calvario sin los tradicionales puestos de ambulantes ofreciendo chucherías, juguetes, comida y artículos de dudosa procedencia como el año previo. Este jueves Santo, el templo está cerrado, al igual que la serie de nueve capillas.
Los mil 791 ambulantes que se frotaba las manos por las altas ventas alcanzadas obtenidas este día tendrán que esperar a la Semana Sadel 2021.
El SARS-CoV-2 no se anda con medias tintas ni amenazas, pero sí alerta a todos quienes no quieren conocer los estragos del mal del siglo, los vecinos de esa área aledaña a la zona histórica de los fuertes de Loreto y Guadalupe, tampoco se asomaron.
El responsable de la Secretaría de Gobernación, René Sánchez Galindo, el pasado viernes 13 de marzo, anunció que esos casi dos mil permisos ya no se entregaron ante los primeros brotes del Covid-19 para que los informales se instalarán en El Calvario, en la ruta del Víacrucis de la Romero Vargas y fiestas patronales.
Además indicó que las anuencias se evitaron para no promover la propagación del Coronavirus y los ambulantes del Centro Histórico recibieron una serie de recomendaciones para evitar la propagación del Covid-19 que según redujo sus ventas un 30 por ciento.