Las obras de rehabilitación de las calles 10, 12, 14, 16 y 18 Poniente-Oriente del Centro Histórico han provocado pérdidas millonarias en el comercio establecido del corazón de Puebla, derivado de la falta de planeación y calendarización, aseguró el presidente del Consejo de Comerciantes Establecidos del Centro Histórico, José Juan Ayala.

Advirtió que aunque hasta el momento únicamente han cerrado 20 comercios, significa la pérdida de sustento a más de 20 familias porque los propietarios ya no tuvieron la solvencia para pagar rentas por la crítica situación económica que se vive en Puebla y territorio nacional.

Dijo que la autoridad prometió al sector empresarial del sector Norte del centro que las obras concluirían en los primeros días de septiembre, pero la realidad es muy diferente porque se nota que el proceso aún va para varias semanas más.

Lamentó que en este proceso de dignificación de las calles del sector norte de la Angelópolis, después de cuatro largos meses no se tenga ni una arteria principal abierta para realizar los procesos de recepción de mercancía y de ventas tranquilas para la clientela.

"En este momento a cuatro meses, no tenemos ninguna vía principal abierta la 10 y la 14, son las calles principales de acceso a ese sector, esas calles eran las que nos alimentaba el 90 por ciento de nuestros productos".

Bajo este panorama dijo que espera que la autoridad ya tenga bien detectado y en la mira el por qué las obras van lentas.

"Esto a nosotros nos está trayendo muchos problemas, ojalá ya las autoridades conozcan la causa".

Recapituló que las pérdidas económicas aún no están definidas porque no terminan las obras, pero insistió que son de millones de pesos por eso a los empresarios les urge que las obras ya se terminen.

Subrayó que los millones de pesos en pérdidas económicas, los sufriría cualquier ciudad de cualquier lugar del globo, si le cierran por cuatro meses su centro para rehabilitarlo en compañía del paso vehicular.

Lamentó que no exista una calendarización verdadera sobre el desarrollo de las obras para dar certeza a los empresarios, que aún no se recuperan de los estragos de la pandemia del Covid-19, y ahora tienen que lidiar con un cierre de superior a los cuatro meses.