El Obispo Auxiliar, Tomás López Durán condenó el asesinato de siete jóvenes —Bruno Jesús, Miguel Ángel, Daniel, Juan Flavio, Fernando y dos adolescentes más—, asesinados en Salamanca, Guanajuato, al salir la celebración religiosa, el domingo 17 de marzo.
Lamentó que existan noticias dolorosas en territorios nacional, que van y vienen en "nuestro" espacio y en "nuestro" tiempo anunciando el dolor y la muerte.
Además, subrayó que Jesús también recibía malas noticias, como la de los jóvenes masacrados, al recordar que en una ocasión Poncio Pilato mandó a matar a los galileos porque se revelaron al conocer que el romano 'extrajo" el dinero del templo para construir un acueducto, "así no solo propició un asesinato, sino también un sacrilegio" y la muerte de varios judíos por el derrumbe de una torre que construían, "pero Jesús aclaró que no murieron por ser más pecadores que todos, pidió la conversión y no caer en rumores".
López Durán priorizó que los jóvenes ejecutados pertenecían a la Pastoral Litúrgica de San José de Mendoza y los asesinaron en Salamanca, Guanajuato, cuando se encontraban realizando acciones religiosas
Reprobó que en México, la violencia continúe ante la falta de acciones contundentes de las autoridades
Desde la Basílica Catedral Metropolitana insistió qué para recomponer el tejido social se debe trabajar el seno familiar dando la mejor versión que cada uno para evitar violencia en el primer núcleo de la comunidad.